Felix Nussbaum, el pintor del terror nazi

María Luisa Gaspar

CULTURA

Una exposición en París descubre al artista alemán, cuya obra permaneció oculta durante décadas tras haber sido deportado a Auschwitz y asesinado.

22 sep 2010 . Actualizado a las 22:07 h.

Francia comienza a descubrir al pintor alemán Felix Nussbaum (1904-1944), artista que vivió en estrecho contacto con las vanguardias europeas de su tiempo, influido también por el renacimiento flamenco, cuya obra permaneció oculta durante décadas tras haber sido deportado a Auschwitz y asesinado.

La retrospectiva que se abre hoy en París es la primera organizada fuera de Alemania y de Estados Unidos, según subrayaron en el Museo de Arte e Historia del Judaísmo (MAHJ), donde hasta el próximo 23 de enero podrá contemplarse un impresionante conjunto de 20 dibujos y 40 óleos de Felix Nussbaum.

Entre ellos El Refugiado (1939); Autorretrato en el campo de concentración (1940); Autorretrato con pasaporte judío (1943) y Triunfo de la muerte (Los esqueletos interpretan una danza), fechado el 18 de abril de 1944, pocos meses antes de que fuese asesinado.

Nacido en 1904 en el seno de una familia de comerciantes acaudalados, formado en la época de la llamada Nueva Objetividad, Felix Nussbaum se interesó igualmente por la pintura metafísica italiana, por la pintura naïf y por el surrealismo.

Conquistó pronto fama como pintor, en particular tras exponer su cuadro La place folle (1931), en el que criticaba la rigidez del mundo académico berlinés.

El éxito le valió en 1932 una beca de la Academia Alemana en Roma, para continuar su trabajo en Italia, país donde ese ciudadano alemán «no ario» se convirtió en exiliado, tras la llegada de Hitler al poder.

Su huida le llevó a refugiarse también en Suiza, Francia y Bélgica, sin dejar de pintar, influido por el aduanero Rousseau, Van Gogh, Ensor o de Chirico, pero también de los maestros alemanes y los renacentistas flamencos.

Detenido en Bélgica

En Bélgica fue detenido una primera vez, en 1940, y deportado al sur de Francia, donde logró escapar, para vivir oculto en Bruselas hasta 1944 con su esposa, la artista polaca Felka Platek, con quien fue deportado.

La primera retrospectiva de su obra tuvo lugar en 1971, cuando el Kulturgeschichtliches Museum de Osnabrück, su ciudad natal, mostró por primera vez las 117 obras, muchas de ellas recién restauradas, que había recibido en depósito en 1969, al término de un largo proceso judicial.

La exhibición tuvo un inmenso eco en todo el país y permitió al museo ampliar sus fondos con otras creaciones de ese artista, que fue también uno de los raros pintores que plasmó en sus cuadros el terror nazi.

La presentación en París coincide con los trabajos de ampliación del museo construido en su honor en 1998, la Felix Nussbaum Haus, que reabrirá sus puertas en marzo de 2011.

Descubierto en el 55

Las primeras obras de Nussbaum que salieron del olvido pudieron verse en 1955, en una exposición colectiva organizada en el Museo de Osnabrück, pero el pintor fue sólo verdaderamente descubierto cuando su sobrina, Auguste Moses-Nussbaum, se convirtió en propietaria oficial de un centenar de obras que en 1969 dejó en depósito en el Museo de Osnabrück.

Lo logró tras haber luchado ante los tribunales belgas durante veinte años con los herederos del doctor Grosfils, a quien Felix Nussbaum pidió que custodiase sus cuadros en 1942, cuando el gobierno militar alemán promulgó el estatuto de los judíos de Bélgica.

Un segundo conjunto de obras, las que se encontraban en la buhardilla de la calle Archimède de Bruselas, donde el pintor vivía escondido con su esposa hasta que fueron delatados, y arrestados en junio de 1944, fueron adquiridos por el anticuario belga Willy Billestraet, recordaron en el MAHJ.

Todavía en la década de los años 80 del siglo pasado, salieron a la luz otras creaciones de Felix Nussbaum, aunque «menos significativas», explicaron.

La retrospectiva se inscribe en la serie que el MAHJ viene dedicando a artistas perseguidos y asesinados durante el Holocausto, como Friedl Dicker-Brandeis, Bruno Schulz, Charlotte Salomon, y a otros que lograron sobrevivir, como Isaac Celnikier o Serge Lask.