A 40 años de muerte de Jimi Hendrix, abren las puertas de su piso en Londres

Katherine Haddon / AFP

CULTURA

El público podrá visitar el apartamento a partir del mes de septiembre.

26 ago 2010 . Actualizado a las 19:43 h.

El apartamento de Londres en el que vivió Jimi Hendrix abrirá sus puertas al público en septiembre, a 40 años de la muerte del legendario guitarrista de rock cuya influencia en la música sigue viva, al igual que su espíritu.

Hendrix, cuyos éxitos incluyen Purple Haze y Hey Joe, tenía 27 años y era ya una estrella mundial, cuando murió ahogado por su propio vómito en un hotel el 18 de septiembre de 1970, después de ingerir un cóctel mortal de somníferos y vino tinto.

Había alcanzado la fama poco antes tras mudarse de Estados Unidos a Londres, donde en 1968 se instaló en un apartamento en el número 23 de la calle Brook, en el elegante barrio de Mayfair, con su novia, Kathy Etchingham.

Este es el piso que abrirá excepcionalmente sus puertas durante 12 días en septiembre coincidiendo con el aniversario de su muerte. Pertenece a la Casa Museo de Händel, porque el compositor barroco de origen alemán nacionalizado británico Georg Friedrich Händel vivió en el edificio contiguo.

Se dice que al enterarse, Hendrix se precipitó a la tienda de discos más cercana para hacerse con una copia de «El Mesías».

El museo alberga también a partir de esta semana una exposición sobre Hendrix en la que se pueden ver desde una de sus guitarras hasta un curioso autorretrato, pasando por una colorida chaqueta de terciopelo estampada y un sombrero que utilizó en sus conciertos.

Kathy Etchingham dice que los 18 meses entre concierto y concierto que Hendrix pasó en ese piso -entonces decorado en el más puro estilo de los años 60 y plagado de guitarras, pero hoy una simple oficina- fueron la primera vez que sintió que tenía su propia casa.

«Estábamos encantados de tener nuestro pequeño espacio propio donde Jimi podía bajarse de la montaña rusa de la fama y la fortuna y esconderse», escribió en su autobiografía.

«Podíamos ser como cualquier otra pareja joven, ver Coronation Street (una de las series de televisión más populares del Reino Unido) y beber té con leche en lugar de whisky con cola», agregó.

Estrellas de la música como John Lennon venían a verle y Hendrix creía incluso recibir visitas del fantasma de Haendel, según Martin Wyatt, el subdirector del museo y comisario de la exposición.

«Estaba afeitándose una mañana y bajó corriendo las escaleras para decirle a Kathy: 'Acabo de ver a este viejo con una peluca paseándose'», explicó Wyatt a la AFP.

Su estilo de vida londinense respalda la descripción de Hendrix como un hombre tranquilo, a pesar del personaje que interpretaba en el escenario cuando incendiaba guitarras y tocaba solos distorsionados, incluso con los dientes.

Era «muy tranquilo, muy agradable y amigo de las diversiones», dijo Roger Mayer, autor de efectos para canciones como Purple Haze.

«Su estilo de vida no era para nada tan salvaje como la gente imagina», explicó el ingeniero acústico a la AFP.

«Obviamente Jimi, cuando actuaba, no podía estar drogado o fuera de sí porque no se puede tocar tan bien en ese estado», señaló Mayer.

Pero es la leyenda del Hendrix exuberante la que perdura.

Charles Shaar Murray, autor de Crosstown Traffic, un libro sobre Hendrix y su legado musical, dice que fue su extraordinaria imaginación lo que lo hizo tan inconfundible.

«No es porque fuera el más rápido o el más ruidoso, es por lo que uno oía salir de su guitarra», dijo a la AFP.

«Es probablemente el guitarrista eléctrico más expresivo del último medio siglo, el que mejor dominaba los matices sónicos y emocionales, así como la imaginación más desbordante», dijo.

Crispin Weir de Regent Sounds, una de las numerosas tiendas de Denmark Street, una calle londinense que destaca por su relación con la música y en la que grabó Jimi Hendrix, lo explica simplemente.

«Es sin ninguna duda el primero de mi lista», dice. «No creo que nadie se le haya acercado desde entonces y no creo que nadie lo haga nunca», sostiene.