Duendes con aires de flamenco en la cuna de Shakira

Álex Cubero BOGOTÁ/EFE.

CULTURA

Rosario Flores cierra en Bogotá el III Congreso Iberoamericano de Cultura

05 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Respira nerviosa sentada en su camerino minutos antes de cantar ante miles de personas, y solo parece relajarse cuando entona, al azar, un verso de una de sus canciones.

«Nunca sabes de dónde te va a venir una canción, ese sentimiento lo manejan los duendes y la magia», confesó la intérprete española Rosario Flores.

Sus rizos contrastan con el lacio pelo de su amigo y compañero de profesión Antonio Carmona, con el que cantó esta noche en Medellín, junto al argentino Fito Páez y los mexicanos Zoé, entre otros, en el concierto que cerró el III Congreso Iberoamericano de Cultura.

«Cantar es el privilegio más grande del mundo, eso sale por arte de magia, no lo puedes pensar», explicó poco antes de enfrentarse a los corazones de miles de colombianos, que no desistieron a pesar de incesante e intensa lluvia.

«Cuando sales ahí no puedes pensar en lo que tienes que cantar o en la letra, porque sino no das una. Lo mejor es no pensar en ello, la música es cosa de duendes, de magia, nunca sabes cuándo te va a venir una canción o de dónde te viene», señaló.

Unas rítmicas palmadas interrumpen el silencio de la estancia. ?«Ese sentimiento que tú guardas dentro luego se hace una canción, fruto de ese sentimiento que tú vives -añadió-. Eso lo manejan los duendes y la magia, y creo que la música es la mejor medicina que tenemos los seres humanos, es medicina pura para el alma. Es universal y siempre va a estar en este mundo». Y es que ella no conoce otra forma de entender la vida, pues el destino quiso que Rosario fuera la hija menor de Lola Flores y Antonio González, el Pescadilla , dos mitos del flamenco. «Yo lo mejor que tengo es la sangre que corre por mi cuerpo y la bomba que tuve como padres, dónde me crié. Lo único que me enseñaron es a sentir, a cantar y a bailar y eso es mi vida».