El clarinetista Ken Peplowski y Peter Long's Orchestra cierran hoy en A Coruña el ciclo de jazz de la Barrié

Juan Torreiro A CORUÑA/LA VOZ.

CULTURA

28 may 2010 . Actualizado a las 02:20 h.

El clarinetista norteamericano Ken Peplowski visita por segunda vez A Coruña para participar en el ciclo de jazz de la Barrié; su anterior visita fue en el 2002. Peplowski, junto Peter Long's Orchestra, cerrará esta tarde, a partir de las 20.30 horas, la programación de la decimoquinta edición de estas jornadas de jazz en el Palacio de la Ópera coruñés recreando uno de los conciertos míticos de la historia de este género musical, el ofrecido por el gran clarinetista Benny Goodman en 1938 en el Carnegie Hall neoyorquino.

Ken Peplowski (Cleveland, 1959) es una de las referencias del clarinete en el jazz actual, y desde sus inicios no tuvo más remedio que escuchar comparaciones de su sonido con el de Goodman, una circunstancia que asegura nunca le molestó: «Es mi maestro y formé parte de sus últimas bandas. Ahora cuando vuelvo a su música lo hago a mi manera», dice Peplowski. Ayer, a su llegada a A Coruña, el intérprete reconoció estar encantado de visitar de nuevo la ciudad, porque «en general el público en España es muy receptivo y siempre te devuelve lo bueno que le has dado».

Programa

Ken Peplowski reconoce que nunca ha actuado con la formación de Peter Long, aunque sí ha tocado en Londres con algunos de sus músicos. El clarinetista adelantó que en el programa que interpretará esta tarde «los arreglos de la banda serán bastante fieles a los originales de Benny Goodman», aunque él tocaré por encima los solos «respetando la esencia de los temas, pero aportando mi propia experiencia», asegura Peplowski.

El clarinetista participó también en seis bandas sonoras de las películas de Woody Allen, de quien dice que «pone mucho entusiasmo al tocar el clarinete». «Incluso lo sustituí en alguna ocasión en el club neoyorquino, donde toca todos los lunes», comenta. Sobre este asunto, Peplowski recuerda que el dueño del local nunca advierte al público de la ausencia de Allen, «y cuando comprueban que no está, antes de empezar te enfrentas antes a 250 personas decepcionadas», recuerda con evidente sentido del humor.