Un libro retrata el Camino de Santiago a través de veinte textos históricos y actuales

CULTURA

22 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Durante siglos, el Camino de Santiago ha ejercido un poder de atracción difícilmente explicable solo por el factor de la fe. Desde su mismo inicio, el descubrimiento ?-o fabulación fabricada- del sepulcro del Apóstol, el fenómeno de las peregrinaciones, ha servido a intereses religiosos y políticos de cada época, pero también se convirtió en un escenario propicio para el mercadeo, la delincuencia y el intercambio de ideas, música o arquitectura. No en vano lo transitaron santos y reyes, abades y monjes, pero también leprosos, violadores, salteadores, campesinos y soldados de todo el continente, conformando lo que se ha venido a denominar el arranque de la identidad común europea.

El Camino cobija e incorpora este amplio abanico de personajes y manifestaciones, por lo que la forma de abordarlo debe ser igual de plural. Es el planteamiento de El libro del camino de Santiago, una antología de textos e ilustraciones que ha preparado Xosé Miranda para la editorial 451. El volumen, que se presenta hoy en Compostela (Librería Couceiro, 20.00 horas), abarca desde la vida del apóstol, según la narró Pedro de Ribadeneyra en 1599, hasta la simbología -Las conchas de Santiago, de Leandro Carré Alvarellos- y la peregrinación vistas desde enfoques más o menos históricos, evocadores o de búsqueda interior.

Un pueblo en marcha, de Pierre Barret y Jean-Noël Gurgand, es un ejemplo de lo primero, mientras que la evocación la pone el Cunqueiro de El sueño de una noche de Santiago. No faltan textos alusivos a la intervención decisiva de Carlomagno en el Camino, el mito de la Reina Lupa o el priscilianismo, este último a cargo de Darío Xohán Cabana. Completan esta panorámica otras aportaciones de Luis Mateo Díez, Jesús Torbado, Rafael Dieste, Robert Graves, Tirso de Molina o Murguía, acompañadas por ilustraciones que van de mapas medievales a obras realizadas por artistas contemporáneos, pasando por muestras clasicistas como el pórtico de la Gloria pintado por Jenaro Pérez Villamil.

Miranda no se limita a escoger estas visiones del Camino y el apóstol, sino que firma una introducción en la que pone en relación las peregrinaciones con cuestiones antropológicas -el atractivo de los Finisterres, occidente y el ocaso-, la confusión interesada entre los Santiagos Mayor y Menor y la gran operación de propaganda que se orquestó en torno al Camino.

Paralelismos

También se detiene en los paralelismos entre las historias del apóstol y de Prisciliano, así como en la importancia decisiva en las peregrinaciones de la aparición del Liber Sancti Iacobi, que también recoge milagros del Apóstol. De hecho, en buena medida los mitos fundacionales relacionados con el fenómeno son creados a posteriori, como justificación o impulso de una manifestación que sirve los intereses de muchos. Son historias que hoy, en pleno resurgir del Camino, siguen vivas tras siglos y siglos.