El Circo del Sol homenajea a la tradición del género en el espectáculo estrenado en Santiago

Camilo Franco

CULTURA

«Saltimbanco» actualizó todos los viejos oficios de acróbatas y payasos

22 abr 2010 . Actualizado a las 19:27 h.

Acrobacias, humor y danza es la receta que el Circo del Sol (Cirque du Soleil) ofreció en la primera noche de Saltimbanco en Galicia. Una receta de toda la vida en la que sigue vigente el más difícil todavía, la fórmula de los circos que hubo a lo largo de la historia, con la diferencia del envoltorio: la música, los decorados, las luces y el vestuario.

El Circo del Sol está en un género con pocas ganas de cambiar y que fue desapareciendo del imaginario colectivo a la hora de describir cosas maravillosas. Soleil recuperó esa ideal de lo maravilloso, de la capacidad para hacer de la fantasía algo de lo que se puede hablar pero que no está al alcance de alguien normal a no ser que sea espectador. Ayer exhibió en cinco o seis ocasiones el más difícil todavía aprovechando números que al público le pueden resultar conocidos. Tubos, bicicletas, pelotas. Los instrumentos de siempre colocados en otro contexto. Saltimbanco , como todo el Circo del Sol, es delicado porque, aunque sea a la manera de Walt Disney, juega con formas que son conocidas estilizándolas, llevándolas a otro momento de la historia. Hizo lo mismo a lo largo de la noche con el papel de los clowns . Siguen haciendo los gags de toda la vida, un poco menos pegados a la pista, un poco más respaldados por lo que la técnica puede brindar. Tampoco mucho.

Para este circo el más difícil todavía está de plena actualidad. Sorprendió al espectador con algunos movimientos de los acróbatas realmente difíciles de imaginar para la clase trabajadora. El Circo, además, les pone a los intermedios entre números y a las transiciones algo más espectacular que la fanfarria.

Lo que hace el Circo del Sol es actualizar la manera de exhibir. En realidad, como se demostró en el Multiusos do Sar, es que le ha puesto más focos a la función y le ha quitado el serrín. El serrín que con tanta profusión caracterizó al circo en sus más humildes y sacrificados inicios como género de masas.

La idea de volver sobre el circo encaja porque Saltimbanco es, dependiendo de cómo se quiera ver, un homenaje a las carpas de toda vida o una puesta al día de lo que el público de los grandes circos de la historia quiere ver ahora. O están dispuestos a pagar. Son los números con un nivel de ejecución que sigue asombrando porque quizá la fantasía del público no varió tanto como dicen los telediarios.