El Museo Británico presenta las maravillas del dibujo renacentista

EFE

CULTURA

Uno de los méritos de la exposición del Museo Británico es el modo en que informa al visitante de las técnicas del dibujo.

16 abr 2010 . Actualizado a las 14:20 h.

El Museo Británico presenta desde el 22 de abril hasta el 25 de mayo una extraordinaria exposición dedicada al dibujo renacentista para la que ha recurrido tanto a sus riquísimos fondos como de los Uffizi de Florencia.

Las dos colecciones son complementarias, pues el Gabinete de Dibujos y Grabados de los Uffizi es muy fuerte en los artistas florentinos, aunque también posee excelentes ejemplos de otros de otras partes de Italia como el propio Rafael, de Urbino, el veneciano Carpaccio o el ferrarés Lorenzo Costa.

La del Museo Británico se distingue a su vez por su amplitud geográfica y en ella están representados la mayor parte de los artistas más destacados de ese período con auténticas obras maestras de Fra Angelico, Pollaiuolo, Mantegna, Leonardo, Miguel Ángel y otros menos conocidos hasta Tiziano.

Según explican los responsables de la exposición, el número de dibujos del siglo XV que han sobrevivido es una fracción mínima de los que se hicieron en su día y hay por ejemplo grandes pintores como Andrea del Castagno o Masaccio de quien no se conoce ninguno.

Pese a todo se han conservado muchos más dibujos de ese siglo que del precedente, entre otras cosas porque los artistas dibujaron entonces más que sus predecesores y los dibujos pasaban muchas veces de una generación de pintores a la siguiente como reserva de ideas y motivos que pudieran resultar útiles o inspirar a sus continuadores.

En el Renacimiento, el dibujo era tanto un entrenamiento en el ejercicio de coordinación entre el ojo y la mano o un estudio de la perspectiva como un elemento preparatorio del cuadro.

Sin embargo, en muchos casos, incluidos algunos dibujos de Miguel Ángel, se trataba de obras artísticas por derecho propio, obras perfectamente acabadas y destinadas muchas veces a obsequios o ser coleccionadas: Gorgio Vasari, por ejemplo, era un apasionado coleccionista.

Algunos dibujos están realizados en vitela, pergamino muy fino obtenido de la piel de becerro, utilizado también en los pergaminos de la Edad Media, pero la mayoría tienen como soporte el papel, más barato, sobre todo a partir de la gran demanda originada tras el descubrimiento de la imprenta.

Uno de los méritos de la exposición del Museo Británico es precisamente el modo en que informa al visitante de las técnicas del dibujo, de los materiales utilizados y su uso para trasponer directamente una imagen desde el boceto al cuadro como en los llamados «cartones».

Entre los cartones más magníficos está el que sirvió para preparar la famosa obra de Rafael «San Jorge y el Dragón» y que puede admirarse en la exposición junto al cuadro.

Pero hay también otros muy interesantes como el de Piero Pollaiuolo titulado «La cabeza de la Fe», de en torno a 1470 y que, según los expertos, es el más antiguo de los que han sobrevivido.

De Lorenzo Monaco, uno de los maestros del gótico, se exhibe, por ejemplo, el estudio preparatorio de un retablo más antiguo de los que se conocen. Se titula «Seis santos arrodillados», data de 1407-09 y se expone junto al ala del altar dedicado a San Benedicto en la iglesia de ese santo de las afueras de Florencia, hoy desaparecida.

Entre los diez dibujos que se exponen de Leonardo figura un estudio a la pluma de un paisaje panorámico que lleva la fecha exacta del 5 de agosto de 1473: es, según el museo, el primer dibujo de paisaje en la historia de la pintura europea y la primera obra documentada del genio renacentista.

En la exposición se muestran también tres álbumes: el mayor y el más importante es el de Jacopo Bellini, padre de Giovanni y Gentile, del cual se conservan más dibujos que de ningún otro artista veneciano: el álbum contiene 99 páginas de dibujos y es uno de los tesoros del Museo Británico.

Los otros dos álbumes son una Crónica Florentina, concebida como una historia de la humanidad por orfebres en la órbita del florentino Maso Finiguerra y un álbum en vitela de Marco Zoppo que se atribuyó algún tiempo a Mantegna.

Los únicos bocetos escultóricos son de Miguel Ángel, de quien se exhiben varios desnudos masculinos, mientras que Botticelli está representado por delicadas figuras alegóricas femeninas y Mantegna, entre otras obras, por una alegoría moral conocida como «Virtus Combusta».

Uno de los dibujos más impactantes por su naturalismo es de Pisanello y representa los cadáveres de varios ahorcados, algunos de ellos ya en estado de semi-descomposición.

Muy distinto es el titulado «Varón Desnudo con caballo», de Benozzo Gozzoli, en el que puede apreciarse claramente la influencia de la escultura antigua en el arte Renacentista: está directamente inspirado en uno de los dos Dióscuros del Quirinal, en Roma.