El jurado considera que el ex presidente estdounidense es un hombre «de corazón y coraje» en defensa de la paz y los derechos humanos en todo el mundo.
29 mar 2010 . Actualizado a las 18:50 h.El ex presidente norteamericano Jimmy Carter ha sido proclamado este lunes ganador de la XXII edición del Premio Internacional Catalunya por mayoría absoluta, al considerarlo el jurado un hombre «de corazón y coraje» en defensa de la paz y los derechos humanos en todo el mundo.
El Premio Internacional Catalunya, dotado con 100.000 euros y la escultura La clau i la terra, de Antoni Tàpies, se creó en 1989 y se concede a aquellas personas que han contribuido decisivamente con su trabajo a desarrollar los valores culturales, científicos o humanos en el mundo.
A esta XXII convocatoria se han presentado un total de 197 candidaturas provenientes de 54 países, presentadas por 231 instituciones de 52 países y por el mismo jurado.
El presidente delegado del jurado del Premio Internacional Catalunya, Xavier Rubert de Ventós, ha explicado hoy en rueda de prensa en Barcelona que el galardón se ha otorgado a Carter no sólo por su obra posterior a la presidencia de los Estados Unidos sino también por las acciones y orientaciones de su gobierno como trigésimo noveno presidente, entre los años 1977 y 1981.
Durante su presidencia, James Earl Jimmy Carter desarrolló, a juicio del jurado del premio catalán, una serie de acciones que se consideraron pusilánimes pero que manifestaron un gran coraje y una lúcida anticipación del futuro.
Entre estas acciones, Xavier Rubert de Ventós ha resaltado la reunión de Camp David entre israelíes y árabes, que ha resultado ser el germen de negociaciones futuras entre ambos pueblos, y que Europa pretende impulsar a través del organismo internacional Unión por el Mediterráneo, que tiene su secretaria técnica en Barcelona.
También se aprobó durante la presidencia de Carter la devolución del Canal de Panamá a los panameños, una ley que costó más de pasar por las dos Cámaras de EE.UU. -Congreso y Senado- que la reciente reforma sanitaria del presidente Barack Obama, y que finalmente se aprobó en aquel momento tras tres meses de plenarios por sólo un voto de diferencia.
El establecimiento de relaciones diplomáticas con China se debió también a Jimmy Carter, así como la creación de las secretarias de Estado (ministerios) de Enseñanza, Derechos Humanos y Energía, que no existían en Estados Unidos.
Xavier Rubert de Ventós ha destacado que Carter hizo instalar el año 1978 paneles solares en la Casa Blanca, una acción inédita e insólita en aquel momento y que fue precursora de las actuales políticas energéticas más progresistas.
El jurado también ha tenido en cuenta que el ex presidente desarrolló su mandato desde el denominado soft power o política suave, que buscaba más convencer que vencer y que «quizá era demasiado avanzado en un país -Estados Unidos- que quiere aparecer como generoso pero también como musculoso», ha indicado el presidente delegado.
Una muestra de esta forma de hacer política fue la decisión que tomó Carter de anteponer la vida de los 52 secuestrados norteamericanos en Teherán (Irán) tras la revolución a una opción más firme que muchos de sus conciudadanos le reclamaban y que fue uno de los motivos que influyeron en que perdiera las elecciones del año 1981 en favor del republicano Ronald Reagan.
Este poder 'blando', esta sensibilidad wilsoninana hacia la autodeterminación de los pueblos, esta conciencia de que los problemas de una nación se inscriben siempre en un ámbito más amplio, han sido los elementos valorados por el jurado para otorgar el premio a Jimmy Carter el próximo día 1 de julio.
Xavier Rubert de Ventós y la secretaria del jurado, Teresa Sala, ya han viajado a Atlanta (Estados Unidos), donde el Centro Carter tiene su sede, para comunicar al ex presidente el premio, que lo ha aceptado y asistirá a la entrega y también se prevé que participe en algún acto o jornada sobre el trabajo que desarrolla en su centro.
Cuando se le comunicó el premio, Carter aseguró conocer Barcelona y su entorno ya que hace relativamente poco tiempo se mostró interesado en conocer, en una visita privada, las minas de sal de Cardona (Barcelona), ha asegurado Rubert de Ventós.