Lolita presenta de «De Lolita a Lola», un recorrido por cinco «estaciones» vitales de la artista.
03 mar 2010 . Actualizado a las 15:59 h.Dolores González Flores tiene 51 años y ya lleva 35 de música y escenarios, la excusa cronológica que anima el espectáculo «De Lolita a Lola», un recorrido por cinco «estaciones» vitales en el que se muestra tal y como es, porque, según revela, es incapaz de separar a la artista de la persona.
Lolita explica en una entrevista con Efe que el espectáculo, con el que ya ha pasado por una veintena de ciudades, se estrenó en enero del año pasado y que está «muy satisfecha» porque el público recibe siempre sus canciones «con nostalgia, cariño y alegría», la misma acogida que espera cuando recale el día 13 en Madrid, en el Häagen Dazs Calderón, donde estará más de una semana.
«Llevo al público a mi terreno, a mi forma de sentir. Si yo lloro, ellos lloran y si río, ríen. Hay algo que me acerca mucho a la gente: saben bien quién es Lolita, a todos los niveles y no se puede separar a la persona de la artista. Siempre soy yo, no un papel, y eso la gente lo nota».
Y lo dice alguien que «muere» por actuar porque, detalla, ponerse delante de una cámara le gusta tanto como cantar: «son cosas diferentes pero con una canción también te metes en un papel, representas una historia durante tres minutos y medio».
Sin embargo, y a pesar de su «Goya» por «Rencor» o las excelentes críticas por sus papeles en series de televisión, no tiene ofertas de los directores de cine que a ella le gustaría, es decir, Pedro Almodóvar, Agustín Díaz Yanes o Alejandro Amenábar.
«Ya he dejado de hacer llamamientos. Si vienen las ofertas, bien y si no nada. Ellos se lo pierden», se ríe.
«De Lolita a Lola» empieza con «Amor Amor», la canción de cuando ella era «más Lolita que nunca en todos los sentidos», y termina con «Sarandoga», después de recorrer cerca de 20 temas en los que hace un homenaje a los tres «pilares» de su música: su madre, su padre y su hermano.
«Con mi padre empecé a cantar; con mi madre aprendí muchísimo; y mi hermano, con los dos discos que me hizo -»Atrasar el reloj« y »Quién lo va a detener«- me cambió mi vida profesional y mi forma de hacer».
Interpreta temas de su madre, de «Y ahora Lola», aunque con arreglos a su «manera», y de su hermano, «Alba», «Ves» y «La espina», que hasta ahora sólo había cantado en directo y que incluirá en el disco que va a grabar en directo del espectáculo.
La «novedad» de ese disco no son las canciones, remacha, sino «la compañía» de la que se rodeará para interpretar cinco de ellas y sobre cuya identidad no quiere soltar palabra.
El día 14, cantarán con Lolita en el Calderón dos de los artistas que aparecerán en el disco y el día 20 lo harán los otros tres: «el público se va a llevar una gran sorpresa», promete.
«Los discos son como la lotería, a veces aciertas y a veces no.
Acerté con 'Lola Lolita Lola', y con 'Mía' y 'Sarandonga' di el pelotazo otra vez pero el que hice con Javier Limón no funciono de la misma manera, quizá porque no tuvo la difusión que necesitaba», relata la artista, que a partir de ahí decidió cambiarse de compañía discográfica.
El éxito, dice, depende de la promoción, «eso es fundamental», y de que la gente «se enamore» de un tema: «cuando un disco funciona no funciona por las diez canciones sino por una y luego se escuchan las otras nueve».
Dolores González Flores tiene ya «una edad» y por eso, señala, se siente «más Lola que Lolita», pero eso sólo lo deja para «lo personal».
«Artísticamente me sigo sintiendo 'Lolita' nunca 'Lola' porque las comparaciones son odiosas y a mi me han comparado hasta la saciedad con mi madre y ella es única e irrepetible. En este país -remacha- no existe otra Lola Flores».