Abarca un amplio catálogo de elementos tradicionales de fiestas como el carnaval
08 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Después de que en el 2006 viese la luz el primer volumen de la obra Máscara Ibérica , el proyecto luso-español que recoge elementos utilizados en festividades tradicionales, continúa la catalogación de nuevos ejemplares, lo que ha dado lugar a un segundo volumen que se acaba de publicar. El coordinador, Helder Ferreira, señala que el trabajo tiene una dimensión europea y ya es una referencia en medios académicos.
Este segundo volumen contiene máscaras que se utilizaban en Asturias, Castilla y León, Extremadura, norte y centro de Portugal. En el Principado se conservan cuatro máscaras: el guirria de Ponga; os reises de Ibias y Valledor, los sidros de Siero y los anguilandeiros de Cangas del Narcea y de Allende, tradición recuperada aquí en 1998.
En Castilla y León, las provincias de Ávila, Burgos, León y Zamora ofrecen un rico abanico de ejemplares. El 3 de febrero salen en Casavieja los zarramaches por San Blas, y el domingo de Antruejo, los currumachos en Navalosa. Castrillo de Murcia, en Burgos, cuenta con el Colacho, en Corpus, y tiene un curioso ritual en el que este salta sobre colchones donde se tienden bebés.
Corpus
En el Corpus leonés puede verse la tradición del apostolado en Laguna de Negrillos, donde junto a personajes religiosos van los danzantes y los birrias. Más danzantes y birria hay en Pobladura de Pelayo García. Ya en carnaval, el sábado, en Alija del Infantado, el Gran Jurru amenaza con quemar el pueblo. La lista de máscaras es densa y sin salir de tierras leonesas aún están los toros de Sardonelo o el antruejo de Velilla de la Reina, con sus toros blancos, guirrios, gigantes, enanos y gomias. En Llamas de la Ribera hay otro antruejo con guirrios, madamas, madamos, diablo, gochos y la Rosita.
Zamora tiene numerosas máscaras que se reúnen en tres grupos: los zangarrones, las obisparras y las vacas y vaquillas, con sus variedades. Dos máscaras previas al carnaval tiene Extremadura, los jarramplas y las carantoñas en Piornal y Acebuche.
Portugal ofrece, al norte, la fiesta de San João de Cobrado, en Valongo, con bugidos y mourisqueiros. Decenas de vecinos visten trajes de vivos colores. Y en el centro, los caretos de Lagoa, en Mira, con faldas como reminiscencia vikinga.