Una investigación concluye que en el pórtico de la Gloria el Juicio Final todavía no ha comenzado

Jesús Manuel García

CULTURA

El arzobispo compostelano prologa el libro en el que Félix Carbó expone sus novedosas teorías

03 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«En el pórtico de la Gloria el Juicio Final aún no ha empezado». Esto dice el investigador Félix Carbó Alonso en su libro El pórtico de la Gloria. misterio y Sentido , que edita Encuentro, prologado por el arzobispo Julián Barrio. Con el sentimiento de no satisfacerle la idea de que el pórtico sea una escena del Apocalipsis y para huir de los «cuentos» de la tradición ignorados por los especialistas, Carbó expone esta interpretación sobre la genialidad escultórica medieval. El autor tuvo ocasión de fotografiarla con todo lujo de detalles para escudriñar sus misterios y ofrecer una interpretación del mensaje invariable de un pórtico que Otero Pedrayo comparaba con La divina comedia o con la Summa teológica de san Agustín, nada menos.

El autor del libro sostiene que el mensaje de estas piedras que muchos entendieron a lo largo de ochocientos años «se ha ido cerrando a la comprensión del corazón del hombre moderno». Destaca que en este conjunto hay personajes que están hablando entre ellos distraídos, lo que supondría «una falta de respeto al estar junto al rey», que en este caso es Cristo, si el Juicio hubiese comenzado. Por tanto, está por iniciarse y, arriba, en el arco, los dos coros de ancianos esperan la señal para tocar y cantar las alabanzas.

A Jesús lo presenta el maestro Mateo como un rey con su pueblo, lo que demuestra, dice Carbó Alonso, el influjo de la corte leonesa. También lo exhibe como vencedor de la muerte y como sacerdote. Los personajes que portan símbolos de la pasión se muestran como sus escuderos. Incluso algunos llevan un velo en las manos para no tocar los elementos que estuvieron en contacto con el cuerpo de Jesús. Los cronistas de esa corte serían los cuatro evangelistas.

Ancianos

Los ancianos forman sendos coros con dos solistas ubicados de forma simétrica y el autor del libro señala que el Apocalipsis, siendo fuente importante, no sirve como herramienta para interpretar todo el Pórtico sino solo para el tímpano del arco central. «La escenografía del maestro Mateo se ciñe con poca exactitud a la descripción que de los ancianos hace el Apocalipsis», indica Félix Carbó, añadiendo que, para empezar, «no todos son ancianos, pues hay dos jóvenes sin barba y las túnicas no son blancas» como en el citado libro. Los doce ancianos de la izquierda representan las doce tribus de Israel y los otros doce, los pueblos de la Nueva Alianza. El maestro Mateo los utiliza para representar el tiempo de la historia, lo que Carbó señala como «un antes y un después de Cristo». Hay una excepción a esa división en los dos músicos centrales, unidos.

Monseñor Barrio dice que este trabajo hará que lectores y peregrinos conozcan «una nueva dimensión de esta maravilla del arte cuya belleza es evidente».