María Kodama siente la necesidad de escribir sus memorias con Borges

Jairo Mejía

CULTURA

25 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La viuda de Borges, María Kodama, que celebró ayer los 10 años de la Asociación Borgeana de Japón, dijo que tendrá que escribir sus memorias para que no se distorsione la obra del escritor y poner fin «a la falta de justicia».

Kodama aludió a que «hay gente indignada con la distorsión que se hace con algunas cosas» y aseguró que «muchos han escrito sobre Borges, pero no lo conocieron. No es lo mismo hacerlo desde un punto de vista personal y sentimental», por lo que consideró: «Voy a tener que escribir mis memorias».

La viuda del Jorge Luis Borges, de 64 años, hija de un arquitecto japonés que se afincó en Buenos Aires, aseguró que su vida «ha sido muy difícil desde que murió Borges», a pesar de lo cual no se arrepiente de su destino.

María Kodama visita estos días Japón y asiste en el Instituto Cervantes de Tokio a la celebración del aniversario de la Asociación Borgeana, que reúne a estudiosos y admiradores del genial escritor argentino y Premio Cervantes en 1980.

Algo único

Kodama, heredera testamentaria de las obras de Borges, ha sido criticada en numerosas ocasiones por el presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Alejandro Vaccaro, y el escritor y ex-secretario de Borges, Roberto Alifano, a quienes ha acusado anteriormente de hostigarla. Vaccaro dijo recientemente que el matrimonio entre Kodama y Borges, en 1986, no fue legal, ya que el escritor argentino aún no estaba divorciado de su anterior esposa, Elsa Astete Millán.

No obstante, Kodama afirmó que desde la muerte de Borges, hace 23 años, aceptó «un destino, sino de libertad, de haber vivido algo único. Uno no se da cuenta mientras lo vive, pero sí ahora frente a la codicia y envidia de los otros», subrayó.

Sobre su convivencia con Borges, que inició como su alumna, su secretaria y posteriormente su esposa, dijo que «fue una relación en armonía, que no había que limar, porque encajamos como piezas de reloj». Kodama indicó que Borges no era una persona malhumorada, aunque sí «podía llegar a ser posesivo», mientras que ella era «muy independiente», algo que solucionaban con sinceridad y «con juegos, como de niños».

En cuanto a sus planes sobre el futuro de la obra de Borges después de ella, dijo: «Se hará como me parezca a mí adecuado. Lo tengo pensado desde hace tiempo».

Kodama ha podido revivir estos días los dos viajes que realizó con Borges a través de Japón, en los que el escritor, un amante y estudioso de la cultura nipona, vivió de primera mano «cosas que ya conocía intelectualmente». Y opinó que existen puntos comunes entre la literatura japonesa y la obra de Borges, al hablar de «lo que no está brutalmente expresado, sino de cosas que se sobreentienden de un modo misterioso».