El actor y cómico estadounidense Ben Stiller, que ha puesto a la Institución Smithsonian bajo los reflectores de Hollywood en su película más reciente, afirmó ayer que filmar en el complejo de museos ha sido una experiencia sin par. «Aunque también filmamos en un set (en Vancouver), nada se acerca a la magnitud de los museos de Washington», dijo Stiller durante una rueda de prensa, acompañado del resto del elenco de la película Una noche en el museo: la batalla del Smithsonian .
Stiller, de 43 años, se mostró muy complacido con el filme, que fue rodado en parte en el Museo del Aire y el Espacio y en el castillo del Smithsonian, el mayor complejo de museos del mundo y que cuenta con más de 136 millones de artefactos.
En la película, Stiller interpreta el papel de un guardia de seguridad que es testigo de cómo los retratos, fotografías y personajes históricos del museo cobran vida con la puesta del sol. En el filme, el guardia de seguridad desarrolla un romance con la desaparecida aviadora Amelia Earhart.
Atraer turistas
Preguntado sobre cuál fue la mejor parte del rodaje, el director del filme, Shawn Levy, no titubeó: «La mejor parte de la película fue el elenco y sus actuaciones». Se trata de la primera vez que el Smithsonian le abre las puertas a Hollywood, y las autoridades de la institución esperan que la cinta ayude a atraer a millones de turistas al complejo de museos.
Durante un paseo guiado para la prensa, las autoridades del museo se aseguraron de destacar algunos de los artefactos incluidos en la película, entre ellos el avión rojo de Earhart y el de los hermanos Wright.
Amy Adams, que interpreta a la famosa aviadora, cuyo avión desapareció misteriosamente sobre el océano Pacífico en 1937, afirmó que «fue muy divertido» filmar junto a un «impresionante reparto». La actriz se manifestó maravillada por el paisaje de Washington, al destacar en particular «una noche de luna llena sobre el Mall... fue algo hermoso, impresionante».
Adams reconoció que, si bien disfruta de todos los géneros del cine, «hacer comedia no es fácil». Pero de eso se encargó el actor y comediante Robin Williams, quien durante toda la rueda de prensa hizo bromas al resto del elenco. Quizá porque Williams, sometido a una operación cardíaca hace ocho semanas, siente que la operación le ha añadido años a su vida, tal y como lo expresó en el estreno de la película anoche en Washington. El primer filme en esta saga, Una noche en el museo , fue rodada en el Museo de Historia Natural en Manhattan (Nueva York), pero, en esta ocasión, Hollywood decidió apostar por algo más grande.