José María Merino presenta una ficción sobre la confrontación política que suscitó el 11-M

Tomás García Yebra

CULTURA

07 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Advierte José María Merino que su última novela, La sima (Seix Barral), es una historia de ficción y no un ensayo. El punto de partida del libro fueron los atentados del 11-M.

A Merino le llamó la atención la durísima confrontación política, salpicada de insultos y descalificaciones, entre los parlamentarios. «La clase política debe defender sus ideas, pero tiene que cambiar de actitud», sugiere. «Por mucho que inviertas en educación, si tú no das ejemplo, esos buenos propósitos caerán en saco roto. Hay días en que resulta bochornoso escuchar a estos prohombres que dirigen nuestro país», continúa Merino.

Autor de novelas, cuentos y microrrelatos (género que le está proporcionando muchas satisfacciones), José María Merino ve un oasis, la transición, en medio de está eterna refriega que, según dijo, quedó bien simbolizada en el cuadro Duelo a garrotazos, de Goya. «En aquellos años hubo una voluntad de concordia y reconciliación que luego no se ha vuelto a repetir», dijo el académico. «A medida que pasen los años, más se valorarán aquellos tiempos; algunos ya lo están haciendo».

En opinión de Merino, «urge» recuperar aquellos niveles de entendimiento y generosidad. «En una democracia hay que discrepar, se debe discrepar, pero con nivel y educación. Tu adversario es tu oponente; no es alguien indigno al que hay que arrastrar por una alambrada llena de pinchos».

«Acercanza»

Confiesa que se lo pasa muy bien en la Real Academia, en la que ingresó en abril, y que tratará de incorporar algunos vocablos de su tierra, hoy en desuso. «En una de las sesiones se planteó suprimir la palabra acercanza , un término que significa 'proximidad' y que hace siglos que no se utiliza -explicó-. Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte dijeron que era una palabra preciosa y que no encontraban ninguna razón para suprimirla. Es más: se comprometieron a revitalizarla. Confieso que a mí también me gustan más los arcaísmos que los neologismos».

El académico Gregorio Salvador también defendió acercanza y así se lo hizo ver a Antonio Mingote. «¿En qué se ha apoyado nuestra amistad de años?», le preguntó al dibujante después de una tarde debate. «Pues no lo dudes: en nuestra acercanza académica».

José María Merino está en posesión del Premio Castilla y León de las Letras por el conjunto de su obra, el Salambó por La glorieta de los fugitivos, y el Nacional de la Crítica por La orilla oscura.