El intérprete de origen ourensano asegura que «sería una gran idea que Galicia tuviese una orquesta de jóvenes»
07 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Cuando concluyó sus estudios de piano e ingeniería en A Coruña, José Núñez Ares (Ourense, 1978) buscó nuevos horizontes profesionales en Holanda. En el 2003, el Conservatorio de Róterdam le abrió sus puertas de par en par, convirtiéndolo en el coordinador de estudios pianísticos. Ahora combina la enseñanza con sus conciertos y recitales, que ofrece por toda Europa y un poco menos en su tierra. «Es verdad que los gallegos sentimos morriña y pensamos en volver, pero ahora mismo tengo muchos proyectos en el norte de Europa», afirma.
-¿Cómo llegó a Róterdam?
-Al finalizar mis estudios me puse a trabajar en una empresa de ingeniería. Algo me comía por dentro, y me inscribí en el Conservatorio de Róterdam, en un curso de posgrado. Antes de terminar, empecé a trabajar de asistente. Ahora soy profesor asociado y coordinador del departamento de piano.
-¿Cómo es su trabajo allí?
-Variado: desde organizar actividades en colaboración con la sala de conciertos más importante de Róterdam hasta coordinar el Artist Diploma Program. Además de las clases, claro.
-Se formó en conservatorios gallegos y ahora contribuye a preparar a una nueva generación de intérpretes holandeses. ¿Qué diferencias aprecia?
-La oferta educativa allí es más amplia, ya que cuenta con un máster tras el grado superior y un artist diploma, similar a las universidades americanas. La diferencia esencial es que en Holanda hay más oportunidades para presentarse en público, para participar en proyectos singulares [el interés por la música del siglo XX allí es muy acentuado] y para acceder a clases de reconocidos pianistas.
-En los conservatorios europeos, el profesor debe ser un pianista en activo para poder dar clases. Aquí, como se ha demostrado en algunas oposiciones, bastaría con acreditar un buen dominio del gallego. ¿Estamos en el buen camino?
-Las oposiciones en España a veces crean ciertas polémicas. El funcionamiento de un conservatorio en Holanda es muy distinto: el centro gestiona todos los aspectos económicos, como una empresa privada. Recibe una subvención por cada alumno del Gobierno, y con ese presupuesto se paga a los profesores, administradores? Es un planteamiento más real, ya que uno tiene que mostrar eficacia. Como en una empresa privada, ¡te pueden rescindir el contrato! Este cambio de gestión optimizaría el rendimiento de los músicos gallegos, que tienen mucho talento.
-Ahora tenemos en Galicia la mejor generación de músicos de la historia. En las plantillas de la Joven Orquesta Nacional de España, la Orquesta de la Comunidad Valenciana, la Gustav Mahler? se pueden encontrar jóvenes gallegos. ¿Qué le parecería la creación de una orquesta estable de jóvenes en Galicia?
-Una gran idea. Aquí, el nivel musical ha aumentado enormemente y ya no es extraño encontrarse con gallegos en el panorama internacional. Si lo hacen, tendrán todo mi apoyo.
-¿Faltan oportunidades para los músicos de aquí?
-Creo que la oportunidad, si uno persevera, aparece. Debemos estar preparados para cuando llegue. En la música clásica, Galicia ha estado un poco aislada. Pero eso está desapareciendo gracias a la proliferación de ofertas de compañías aéreas, a la expansión de los medios de comunicación, a la vuelta de muchos gallegos que han estudiado fuera y que ahora ejercen la enseñanza, a la presencia de orquestas y festivales de gran nivel?
-El año pasado, según la revista «Grammophone», la mejor orquesta del mundo era la del Concertgebouw de Ámsterdam. No obstante, los holandeses no suelen alardear de su excelente sistema musical. ¿Cómo es la vida musical en ese país?
-El nivel de conocimiento musical entre la población es bastante elevado. No es difícil que una persona sepa quién fue Bartók, Stravinski, Schoenberg, Messiaen, Ligeti? Por supuesto, en esto tiene mucho que ver que prácticamente todos estos compositores han actuado en Holanda [de Mozart a Bartók]. La oferta cultural es grande y existen múltiples circuitos de conciertos, así como gran número de orquestas aficionadas y semiprofesionales. Musicalmente es un país muy activo, con gran interés en la música contemporánea.
-Entre la ingeniería y el piano, usted prefirió su carrera musical. En su casa debieron de pensar que estaba loco, ¿no?
-Bueno, el trato era que yo debía terminar la carrera de Ingeniería. Y cumplí. La verdad, he contado siempre con un gran apoyo en casa.
-Ya que no tiene previsto enseñar en Galicia, por ahora, ¿cuándo podremos volver a escucharle?
-Tengo varios proyectos para la próxima temporada, pero como todavía no hay fechas cerradas prefiero no citarlos aún. Actuaré de nuevo aquí, en Galicia, eso sí lo puedo decir.