El arqueólogo José Manuel Hidalgo Cuñarro promueve la catalogación de los juegos de tablero medievales que se conservan en diversos monumentos, tanto de Galicia como del resto de la Península Ibérica. Este trabajo se hará con grupos de arqueólogos e historiadores del arte antiguo y medieval de España y Portugal. Cuando esté confeccionado el catálogo, se hará un estudio detallado de cada tablero para «apreciar nuevas modalidades hasta ahora no conocidas y también para ver las variantes de un mismo juego», señala Cuñarro.
«En Galicia tenemos una cantidad de 50 o 60 tableros de este tipo documentados. Eran juegos lúdicos de estrategia militar», indica el investigador. Están tallados en piedra, y los más antiguos conocidos pertenecen a épocas de la romanización, dice el promotor de la investigación. Son las tabula latruncularia, para jugar al latrunculi .
Estos elementos se pueden dar en rocas cercanas a puentes, como dice Hidalgo, en lugares relacionados con la espera; cerca de molinos de agua «que nos están hablando de cómo ocupaban el ocio las gentes en esos lugares»; en edificaciones militares también se encuentran. Buena parte de ellos grabados en la roca donde se asentó en su día la fortaleza; en puntos de reunión vecinal y en edificios religiosos como la Catedral de Ourense, donde se han localizado seis tableros. Cinco se ven sobre la bancada que discurre pegada al muro de la nave lateral sur, a los pies del templo. Allí hay un tablero del juego del alquerque de doce, de 42 x 36 centímetros y otro igual, de 17 x 13 centímetros; un tercer tablero, este para el juego del latrunculi , de 33 x 31 centímetros, dividido en 25 pequeños cuadrados que se conservan en buen estado. Hay otro tablero para el alquerque de nueve, de 29 x 25 centímetros con dos cuadrados inscritos más pequeños. Es un ejemplar de doble uso, es decir, para jugar, además, al tres en raya. En esta catedral existe otro tablero de alquerque de nueve, de 16 x 16 centímetros. Y aún hay un sexto en un peldaño de la escalera de caracol que sube al paseo de ronda del crucero desde el brazo sur del transepto. Su estado no es bueno.
Catedral de Ourense
Hidalgo Cuñarro asegura que los cinco primeros son de los siglos XII-XIII y el de la escalera puede datarse entre el XV y el XVI. Añade que por sus trazos, puede que sea un grafiti más que un juego. «La catedral de Ourense tiene tableros de juego medievales espectaculares. La bancada sur es única, de una calidad excepcional», asegura. Esos elementos se grababan para jugar. Y qué mejor que hacerlo en el sitio donde se hallan, lejos del altar mayor, en lugar discreto, casi escondido. Ideal para jugar en los momentos de culto.
En Ourense se ve otro junto a una cornisa del Museo Arqueológico, antiguo pazo episcopal que se corresponde con un alquerque de nueve. Hay otro tablero de este juego en el muro externo norte de la iglesia de Touza, en Taboadela, en un sillar reutilizado. Y en el exterior de la iglesia de Gomariz.
En el santuario de Santa Mariña de Augas Santas (Allariz) existe un tres en raya en la base de una columna, diseño que se repite en una bancada junto al muro sur, por el interior. Cerca de la fachada de este templo apareció un alquerque de nueve.
«La catedral de Tui también posee tableros en bancadas y uno más subiendo a su cimborrio», dice Hidalgo. Allí localizaron tres alquerques de nueve en el muro sur, en las escaleras del cimborrio y en la sala capitular. Al norte de la catedral apareció un tres en raya. Y un alquerque de doce.
Existen tableros en sillares de la ermita de Nosa Señora da Renda, Combarro; en la del Divino Salvador de Poio y en la de la Carballeira de San Xusto, Cotobade. Y en Santiago. Referencias a juegos de tableros las hay en Mesopotamia pero las referencias más interesantes para Hidalgo y su equipo son las provenientes del mundo grecorromano.