Partidas de alquerque que Alfonso X el Sabio describe en su «Libro de ajedrez»

La Voz

CULTURA

05 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

De estos juegos habla Alfonso X en su Libro de ajedrez, Dados y tablas . Ahí se alaban los juegos con participantes sentados. Se conservan reproducciones de partidas de alquerque de doce, del rey sabio, en las que se ven asesores armados junto a cada jugador. «Hay algunos de estos tableros en sillares que debieron de tener otra función en vez de la lúdica. Quizás tuvieron un simbolismo importante, alusivo a la cosmología, como laberinto incluso», dice el promotor de la catalogación.

Los tableros lúdicos se localizan en zonas como Segovia, Zamora, Cataluña, Cáceres y en Portugal, en edificios como la catedral de Lisboa y la Sé Velha de Coímbra y en Tomar. Francia, Italia e Inglaterra también poseen ejemplares.

Al alquerque de nueve se le llama asimismo el juego del molino. Consiste en poner tres piedras en una misma fila. Ya se conocía en Grecia y fueron los fenicios quienes lo expandieron por el Mediterráneo. Se practicó mucho en la Edad Media, como sucedió en no pocas catedrales europeas. Las raíces del alquerque de doce parecen estar en el antiguo Egipto. «Los musulmanes lo trajeron a la península Ibérica en el siglo VII», cuenta Hidalgo.

Un tercer divertimento, el Ludus latrunculorum o juego del soldado, es citado por primera vez por el escritor latino Varrón, pudiendo ser el juego más antiguo. También lo menciona Ovidido. Este juego triunfó entre las legiones romanas.