«Voy cumpliendo todos mis sueños poco a poco»

ANGÉLICA MARTÍNEZ

CULTURA

El actor y productor australiano, de 40 años, interpreta a un villano en «La lista», que estrena hoy junto a Evan McGregor

02 abr 2009 . Actualizado a las 18:39 h.

Hugh Jackman, conocido por interpretar al personaje de Lobezno en la saga de X-Men, estrena hoy su último trabajo, La lista, dirigida por Marcel Langenegger y en la que comparte protagonismo con Michelle Williams y Evan McGregor. En el filme aparece Nueva York como una ciudad llena de seducción y peligro, una urbe acelerada donde las noches pueden conducir a la pasión y también al asesinato.

Usted es el productor de «La lista» e interpreta a un villano. ¿No resulta todo muy atípico?

Me involucré mucho con esta cinta. Si no me hubiera decidido a producirla, no la habría interpretado. Cuando me llegó el guión, el director Marcel Langenegger ya estaba unido al proyecto. Había oído hablar muy bien de Marcel a través de Dante Spinotti, un realizador muy amigo mío que trabajó con él en varios anuncios publicitarios. Como productor decidí enfrentarme desde un punto de vista pragmático a esta película. Es un filme de género, creativamente no es muy atractivo para mí porque sigue una formula preestablecida, pero tiene intensidad.

Dice que dudó antes de rodarlo.

El primer guión que recibí me pareció inteligente, pero tenía muchos agujeros. El relato era fantástico, los personajes estaban bien desarrollados, pero había que añadir tensión.

¿Le gusta el resultado?

Me siento muy orgulloso, sobre todo porque con este filme me he estrenado como productor. Es un filme pequeño, sin pretensiones, una historia real. Una película rodada digitalmente, sin la ayuda de ningún gran estudio.

Supongo que ser el productor le permitiría elegir qué personaje quería interpretar.

Sí. Eso formaba parte de mi contrato: poder elegir. Deseaba interpretar el único rol que nunca me ofrecen, el de villano. Era él más atractivo para mí. Hay en mi personaje elementos similares al que hice en Scoop con Woody Allen, pero aquella era una cinta más ligera. En cualquier caso, no creo que el público se sorprenda de verme interpretar el personaje de villano, porque es al mismo tiempo galante y amable.

Últimamente no hace más que trabajar con mujeres bellas, como Michelle Williams o Nicole Kidman. ¿No es eso un inconveniente para su esposa?

Antes de ir al rodaje le advierto a quién tengo que besar ese día. Ella me dice: «Está bien, aunque probablemente preferiría que no me lo advirtieras» [risas]. Mi mujer es sensacional. Entiende perfectamente mi trabajo.

Forman una de las parejas más estables de Hollywood. ¿Cómo se enfrentan a las tentaciones?

Me tranquiliza mucho haberme casado con ella antes de tener éxito. Mi mujer conoció a un actor sin recursos y se enamoró. Yo también me enamoré. Tenemos un pequeño secreto: nunca estamos más de dos semanas separados.

¿Quién le descubrió para el cine?

Una mujer se acercó a mí cuando trabajaba en un gimnasio. Le pregunte: «Señora, ¿quiere una toalla?». Ella amablemente me pidió que le enseñara el gimnasio. Se llamaba Anny Semler. Su marido es Dean Semler, que ganó un Oscar por Bailando con lobos. De pronto, hablando conmigo, me dijo: «Vas a ser una gran estrella y todo va a pasar rápidamente». Me dio el número de una mujer llamada Penny Williams, que era una agente en Sídney. Empecé a dar clases de interpretación y aquí estoy. Penny me consiguió mi primer contrato en una telenovela y después vino el teatro y el cine y Hollywood.

¿Es cierto que durante el tiempo que estuvo trabajando en el rodaje de su próximo filme, «Wolverine», vivía como un monje?

Llevaba un régimen de comida muy estricto y acudía al gimnasio. Tenía mis rutinas por las mañanas, pero me costaba levantarme. Cuando estaba en el gimnasio me colgaba los cascos y me ponía la música de Metallica, súper alta, para entrenar con la mentalidad necesaria. Es divertido soltar testosterona en el gimnasio.

¿Ha conseguido todo lo que había soñado?

Tengo una familia, salud y una carrera. Estoy trabajando con directores con los que siempre he querido trabajar y voy cumpliendo sueños poco a poco.

¿Puede el hombre más sexi del planeta llevar una vida normal?

Yo llevo a mi hijo al colegio. Allí enseño dramatización una vez a la semana. Los alumnos de diez años no escuchan nada de lo que digo. Solo piensan: «es Lobezno», y esperan a que acabe la clase para que les firme fotos o regalos.

¿Siente la magia del cine?

Me lo sigo pasando estupendamente viendo películas. Es cierto que cuando te sabes el truco, la cosa tiene menos gracia, pero soy un gran aficionado al cine. Jack Nicholson decía que cuando haces mucha promoción y concedes decenas de entrevistas, acabas perdiendo el amor por el cine, pero aún no me ha ocurrido.