Después de acabar la gira de verano de 2007 y plantearse ir a teatros para la primavera de 2008, el grupo Jarabe de Palo tuvo la idea de llevar como repertorio una selección de sus mejores canciones, pero otra mejor: destruirlas y reconstruirlas de nuevo. El resultado, tras un mes ensayando, les gustó mucho, por lo que el reciclaje continuó con el reciclado del aspecto de cada uno de los músicos y del espectáculo. Decidieron, pues, acometer una propuesta que, además de música, portase humor, para lo cual contactaron con Andreu Buenafuente, quien hace de videopresentador del espectáculo y una serie de sketchs cómicos. Al final, tras más de veinte conciertos, surge la propuesta de grabar en disco la actuación, pero con el valor añadido de añadirle un libro. El resultado es Orquesta Reciclando , el primer libro-disco de Jarabe de Palo, que el líder de la banda Pau Donés vino ayer a promocionar a Galicia.
Para el músico catalán «son mucho mejores estas versiones» del libro-disco que las canciones «porque han tenido un tiempo para reposar». Por el camino de este proceso surgió también la propia discográfica del grupo, Tronco Records que, a la hora de investigar cómo llegar al público, tomó la decisión de venderlo en quioscos. Una decisión nada desencaminada si tenemos en cuenta que en España hay casi 4.000 de estos espacios. Y es que, aclara Donés, «el negocio discográfico está viviendo un momento de especial rigidez, en el que hay que vender, y el producto que cueste poco, y a toda velocidad, porque hay que cumplir un bussiness plan ».
Los tiempos en que lo importante era la música, porque era un buen negocio, parece que pasaron a peor vida, y ahora, aclara Donés, «lo importante es que los grandes ejecutivos mantengan su puesto de trabajo, lo cual quiere decir cumplir un bussiness plan ». Para la voz de Jarabe de Palo, el objetivo del grupo era «crear con la libertad, las ganas y la ilusión con que empezamos, y eso al lado de una multinacional era imposible».
Pau Donés, quien antes de viajar a La Habana y encontrarse con La Flaca , trabajaba diariamente cabreado en una agencia de viajes, confiesa que ese fue un capítulo de su vida «obviamente importante para escribir una canción que nos hizo conocidos, pero después vinieron otras muchas cosas». Una canción que le abrió las puertas a la colaboración con figuras como la cubana Celia Cruz, para quien tiene una palabra a la hora de describirla: «fantástica». «Cada vez que íbamos a América se convirtió un poco en nuestra madre americana. Y con ella tuve bastante relación», recuerda el músico.