La estrella más taquillera de Hollywood estuvo en Madrid promocionando su nueva película. Se rió, contó chistes, chapurreó español y sacó al «showman» que lleva dentro en cada entrevista.
16 ene 2009 . Actualizado a las 18:09 h.Will Smith no defrauda. Chistes, bromas, chapurreo en español a la mínima oportunidad y buen rollo a diestro y siniestro. La estrella más poderosa de Hollywood saca al gran showman que lleva dentro en todos los encuentros con los medios de comunicación, ante los que despliega todo su poder de seducción. Esta semana pasada tocaba presentar en España Siete almas, drama que lo ha vuelto a unir a Gabriele Muccino, que ya lo dirigió en En busca de la felicidad, y en el que da vida a un hombre que intenta redimirse cambiando las desgraciadas vidas de siete desconocidos.
De promoción en Europa y acompañado por Muccino, con el que tiene intención de volver a trabajar, el astro afroamericano practicó en varias ocasiones el castellano que, según explicó, aprendió con una maestra que lo suele acompañar en sus viajes por Latinoamérica. «Menos en Estados Unidos, en el resto del mundo hablan varios idiomas, y yo no quiero ser un estúpido», puntualizó el que fue actor más rentable del año pasado el pasado martes en el Teatro Real, coliseo madrileño que abrió sus puertas al protagonista de los taquillazos Independence Day, Wild Wild West y Hancok.
El intérprete de Hombres de negro presentó su nuevo dramón romántico y contó que para el rodaje estuvo ensayando cinco semanas. «Siempre confío en el director, que es a quien pertenece el filme. Un gran guión sin un gran director no es nada. El público está acostumbrado a verme en comedias, pero quiero hacer muchas clases de largometrajes», aseguró Smith, que, no obstante, confesó que la comedia era «lo más cercano a mi corazón. Es la forma en la que pienso sobre la vida, lo más natural para mí, pero con el drama crezco como actor y creo que los personajes dramáticos enriquecerán mis futuras actuaciones cómicas», aseguró.
Rapero millonario
Millonario gracias al rap y por haber roto varias veces las taquillas de todo el mundo, este dueño de dos Grammys y aspirante al Oscar en dos ocasiones bromeó sobre el color de su piel. Directo y sorprendente ?no utilizó para nada el término políticamente correcto afroamericano, sino que usó el mucho más gráfico negro?, se atrevió incluso a dar consejos a los periodistas para salir airoso de todas las situaciones. «Hay que dejarse llevar. No hay que fingir. Por ejemplo, yo no puedo llorar si no me sale, tengo que sentirlo, porque de lo contrario estoy manipulando», desveló el que fue príncipe de Bel Air y hoy es el rey de la meca del cine superando a su buen amigo Tom Cruise, a cuyo hijo adoptivo, Connor Cruise, fichó para Siete almas.
Siempre dispuesto a la risa ?«porque mi vida gira alrededor de la comedia, lo que más me llama la atención es el lado cómico de las cosas, ver el punto divertido de lo que me rodea»?, Smith tiene imán en la taquilla, tanto que se ha colocado en el primer puesto del exclusivo ránking de los actores más productivos del año 2008. Y volvió a sorprender al auditorio con su particular explicación del porqué: «Lo que me ha colocado en esa posición son mis orejas. Obama y Mickey Mouse también tienen grandes orejas, que son las que te garantizan el éxito en Estados Unidos porque los americanos adoran las orejas», aseguró este superpopular profesional casado con la también actriz Jada Pinkett, con la que tiene dos hijos que siguen sus pasos. De hecho, a su hijo mayor, Jadem, le ha dicho que se corte el pelo «para que se le vean bien las orejas», recalcó.
Complicado tomar en serio a Will Smith con este tipo de declaraciones. Pero al también intérprete de Soy leyenda no parece importarle mucho. «Ser gracioso es una forma de comunicarme con los demás y es más poderosa que el drama para conectar con la gente. No me conformo solo con ser gracioso, también quiero hacer dramas, abrir nuevos caminos, ser vanguardista... Veo mi carrera como un conjunto, y espero estar bendecido como Clint Eastwood para estar en esto 50 años más. No pienso en los Oscar ni en las nominaciones, aunque sería maravilloso que me nominaran de nuevo, sino en si disfrutará el público que ha pagado una entrada para ver mi película el viernes por la noche», manifestó.
Menos salario
Recauda cifras astronómicas y cobra mucho dinero, aunque en Siete almas ha rebajado «notablemente» su salario. «Este tipo de historia no va a romper el box office, aunque espero que tenga el éxito suficiente para seguir trabajando. Como actor y productor siempre estoy buscando material, directores y escritores nuevos», indicó este astro que disfruta con lo que hace. «Necesito poder divertirme. Es algo emocional, espiritual, incluso una necesidad física, crear un ambiente alegre y divertido para no contaminar ni el cuerpo ni el espíritu», comentó el también filosófico Smith, que confesó que únicamente se enfada cuando las personas con las que trabaja «no aprovechan el potencial que tienen».
Y para terminar el encuentro con Will Smith, no puede faltar la pregunta de rigor. ¿Qué le parece la elección de Obama? Entonces, el actor se pone serio casi por primera vez en toda la jornada y recuerda que cuando ganó «lloré tanto que mi hija pensó que pasaba algo malo. No es solo un logro americano, es un logro para la humanidad porque jamás un grupo de esclavos del imperio había llegado al cargo más alto de ese imperio», añadió.