«El vestuario es ya parte de mi personaje»

Pacho Rodríguez

CULTURA

Nicole Kidman cuenta los entresijos de «Australia», la superproducción que acaba de estrenar en España

26 dic 2008 . Actualizado a las 13:34 h.

En el exclusivo Hotel Ritz de Madrid, un local en el que ni los baños son de este mundo, apareció en España otra extraterrestre: Nicole Kidman (Honolulú, Hawái, 1967). Pálida hasta invocar la transparencia, la blanca y rubia Nicole llegó, vio, sonrió, habló y se esfumó. Presentó Australia, última película del director Baz Luhrmann (Romeo y Julieta, Moulin Rouge), junto al, según una revista americana, hombre más sexy del mundo, Hugh Jackman.

«Desde los 14 años conozco gente del cine en Australia. Con ellos empecé a trabajar. Por eso, este encuentro ha sido maravilloso. Y, también, por contar nuestro país con nombres icónicos como Luhrmann y Jackman», afirmó Nicole Kidman, en una rueda de prensa en la que no hubo ni periodistas tomateros ni preguntas más allá de Australia, un filme que ha costado 130 millones de dólares. El propio Hugh Jackman, todo un ídolo en su tierra, resaltó el trabajo de Kidman, con la que vive en el filme una épica historia de amor, al darse una curiosa paradoja: «Ella me decía: estoy haciendo un personaje con acento inglés ¡en mi país! Nicole me ha sorprendido y me ha emocionado.

Mirando al tendido

«Con Nicole no hay error», halagó así a su compatriota y aludió a su reconocimiento en los premios Oscar con Las horas, en 2002.

Y Nicole Kidman, mientras los demás hablaban, miraba y miraba al tendido. Una periodista susurraba: «Esta piba es divina». Pero intervenía el director, nunca dispuesto a ser comparsa frente a la diva. Para Baz Luhrmann, «no es una película alegre, pero no quería que fuera una tragedia. El final es algo así como que en un mundo de guerras y temor, si estás con las personas que amas, hay esperanza», afirmó.

La película también aborda los sucesos conocidos como la generación robada, en la que se hicieron desaparecer a niños mestizos, y la Segunda Guerra Mundial. Sobre el rodaje, Kidman también explicó: «Desde que trabajé en Moulin Rouge ya sé que con ellos, desde que pisas el set hasta que te vas, estás trabajando con tu personaje. El vestuario ya es parte del personaje», aseguraba. Y así se supone que irán contando por el mundo esta historia de amor a la australiana.

Australia es una película al servicio de los sentimientos. No engaña. Nicole Kidman, una aristócrata que acaba por arrear ganado, y Hugh Jackman, un tosco vaquero que destierra su rudeza, junto a un niño aborigen mestizo, perteneciente a la generación robada de Australia (llamada así, porque se hacía desaparecer a aquellos que eran hijos entre aborígenes y europeos), componen, junto a la Segunda Guerra Mundial, un mosaico épico al servicio del amor heroico. Los expertos no coinciden sobre su calidad.

Pero, sin duda, y en lo que sí hay unanimidad, ya que se estrena en Navidad, es que está hecha a la medida del cine familiar. Dos horas y media menos de frío para pasar estas fechas, excelentes interpretaciones, sonrisas y lágrimas. Nicole y Hugh.