Nicole Kidman y Hugh Jackman, los mejores embajadores de Australia

Colpisa

CULTURA

La oscarizada estrella y el hombre más sexy del mundo, absolutos protagonistas de Australia, épica historia romántica que llegará a España el día de Navidad.

03 dic 2008 . Actualizado a las 20:42 h.

Son las grandes estrellas australianas y los mejores embajadores del cine que se hace en el que para muchos sigue siendo el país de las oportunidades. Acompañados por sus respectivas familias, Nicole Kidman y Hugh Jackman hicieron parada en España para presentar Australia, épica historia romántica ambientada en la Segunda Guerra Mundial dirigida por Baz Luhrmann con la que la rubia estrella espera recuperar su tirón comercial.

Kidman, muy distinta a la que se vio hace unos años en Madrid cuando vino a presentar Los otros , y Jackman, que acaba de ser elegido el hombre más sexy del mundo por la revista People, coincidieron en el color de sus atuendos, el gris, en el multitudinario encuentro que tuvieron con los medios, acto que compartieron con el también australiano Luhrmann y la esposa de éste, la responsable de producción y vestuario Catherine Martin.

Feliz y sonriente, la oscarizada actriz hablo poco de su última película, que llegará a nuestras carteleras el 25 de diciembre.

Kidman, que según los últimos rumores está pensando en una retirada temporal del cine para aumentar la familia -tiene tres hijos, Isabella y Connor, a los que adoptó cuando estaba casada con Tom Cruise, y la pequeña Sunday Rose, fruto de su matrimonio con el cantante country Keith Urban-. Se quedó en un segundo plano y dejó el protagonismo a Jackman y al director, a cuyas órdenes hizo el barroco musical Moulin Rouge.

En este filme «genuinamente australiano», la que es una de las actrices mejor pagadas de Hollywood encarna a una puritana británica que viaja a la remota Australia para hacerse cargo del rancho y el ganado que ha heredado de su marido. Allí conocerá a un rudo ganadero y a un niño aborigen con los que emprenderá un viaje que cambiará su vida.

Kidman empezó a trabajar en Australia a los 14 años, por lo que esta macroproducción que se acercó a los 100 millones de dólares de presupuesto hizo que se reencontrara con muchos viejos compañeros.

«Fue muy bonito para todos contar una historia de nuestro país para el mundo. Cuenta hechos históricos que para mí fueron un descubrimiento -las generaciones robadas de aborígenes, que fueron separados forzadamente de sus familias y comunidades cuando eran niños pequeños-«, declaró la rubia, alta y nívea intérprete.

Nombre de Nine, musical que Rob Marshall rueda en Londres con la gran Sofía Loren, nuestra Penélope Cruz y Daniel Day-Lewis, Kidman se mostró de acuerdo con muchas de las declaraciones del que ha sido su compañero de aventuras y también de las afirmaciones del director, guionista y productor de esta producción en la que monta a caballo, usa el látigo y lleva cabezas de ganado.

«Me gusta mucho la forma de trabajar de Baz porque, desde que pisas el set hasta que te vas, tienes dentro tu personaje y sabes que en cualquier momento te pueden grabar. Y el vestuario de Catherine nos ayudó mucho a meternos en nuestros papeles, a elaborarlos y contar la historia», subrayó.

Especial y distinta

Mucho más locuaz y divertido estuvo Hugh Jackman, que bromeó sobre lo mal que se había tomado George Clooney su elección como el hombre más sexy del mundo. El seductor actor, que se hizo con el rol de tosco vaquero cuando su compatriota Russell Crowe abandonó el barco, volvió a dar muestras de su encanto y buen humor. »Después de este filme he pensado en comenzar una carrera como cowboy, creo que me gustaría, pero estoy seguro que estaría muerto en cinco años«, apuntó el impresionante australiano que llegó a Hollywood gracias a su papel de Lobezno en la saga X Men.

Memorias de Africa y Lo que el viento se llevó fueron los filmes con los que Jackman comparó Australia, donde luce barba y cuerpazo. «Hemos tocado tantos registros...La verdad es que no parecía trabajo porque Nicole y yo salíamos por la mañana a montar a caballo, luego jugábamos al golf y acabábamos con unas copas. Ha sido un rodaje muy civilizado», bromeó Jackman, que, por primera vez en ocho años, ha podido rodar con su acento y ha tenido como compañeros a actores nativos. »Esta película ha hecho mucho por la población aborigen y por eso es especial«, añadió.

Hombre familiar de seductora sonrisa, Jackman aseguró que Australia era «como haber hecho cuatro películas distintas porque hay acción, comedia, drama, amor, aventuras...Es muy distinta a todo lo que se hace ahora. El director investigó mucho y cuidó todos los detalles. Y luego tener al lado a Nicole ha sido emocionante, con ella no hay errores. Por la química que hay entre nosotros, ha sido posible pasar de la comedia al drama en minutos», dijo.

Con un gran parecido físico a Clint Eastwood de joven, Jackman también habló del vestuario. «Parece que siempre llevo la misma ropa, pero para montar a caballo tenía tres pantalones distintos: uno para las escenas de acción, otro para subir al caballo y otro porque se me veía mejor el culo. Y todos los días me arreglaban la barba durante una hora», desveló el protagonista masculino de Swordfish, que sí es el hombre más sexy del mundo para su mujer y madre de sus dos hijos, Deborra-Lee Furness, a los que mencionó en más de un ocasión.

Por su parte, Baz Luhrmann quería un reparto made in Australia para la que es su cuarta producción, su primer intento de «redescubrir esas películas con comedia, drama, romance, acción...». Un gran banquete de cine que empezó con la fallida Alejandro Magno -se quedó en proyecto- y que ha realizado con Australia y «casi me ha matado. Me gustan las obras épicas, románticas míticas con personajes que emprenden un viaje a tierras lejanas», manifestó el cineasta, que además de entretener, muestra «un gran cicatriz histórica de nuestro país todavía no resuelta, las generaciones robadas», apuntó.

Fan de Lawrence de Arabia, Memorias de Africa y El mago de Oz, Luhrmann escribió seis finales de Australia y al final se decantó por uno «que no es ridículamente alegre», aseguró.