Orson the Kid, la escuela altruista de cine en la que los niños son directores

CULTURA

«Veraneantes», el filme que está promocionando, fue vista ayer por 400 escolares ourensanos

15 oct 2008 . Actualizado a las 03:00 h.

Un proyecto del que tomar nota para importar a Galicia. Una idea original que incentiva el talento de los niños, sin que exista el compromiso de una dedicación profesional posterior. Un pensamiento materializado por una asociación cultural, sin ánimo de lucro, que desarrolla sus proyectos bajo el patrocinio y colaboración de diferentes empresas e instituciones. Orson the Kid es el nombre de la escuela de cine afincada en Madrid que ayer proyectó en Ourense su última película, Veraneantes. Al pase asistieron más de 400 escolares -el segundo más visto del festival después de la nacionalizada gala inaugural- de tercero y cuarto de la ESO. Edades (16 y 17 años) que coinciden con las de los actores, productores y directores de este drama de 82 minutos proyectado ayer y en el que han participado más de un centenar de alumnos de toda España.

Jorge Viroga, productor del centro Orson the Kid, y presente en la premier de su cinta en Ourense, junto a los directores Javier Sanz y Alejandro Sánchez, cifró «en un 80% del total el trabajo desarrollado por los niños en el proyecto». Un trabajo «que, igual que el anterior, aborda un tema social como la xenofobia y que busca crear conciencia entre los alumnos de la escuela», comentó Viroga, quien, a la hora de comentar el método de trabajo, sorprendió a los presentes al desvelar que dichos alumnos «no residen en Madrid, sino que lo hacen en sus respectivas ciudades, trabajando de forma on line y reuniéndose una vez al mes para concretar los detalles e intercambiar ideas». Un modus operandi que, al igual que en Ourense, continuará su gira por otros festivales de cine nacionales como el que se celebra en Málaga.

Poco público

La carencia de espectadores durante los primeros pases está siendo una constante desde el inicio del festival en todos los espacios del evento cinéfilo. Una carencia que también fue visible en el arranque matutino del foro audiovisual gallego, donde, a pesar del nivel de los ponentes, el público decidió no desplazarse hasta el limítrofe Auditorio Municipal.