La arquitectura española viaja a la Bienal de Venecia

Miguel Lorenci

CULTURA

04 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Es arquitectura solo lo que se construye o también lo que se dibuja o se diseña en un ordenador y se queda en proyecto? Este debate, tan antiguo casi como el milenario oficio de ordenar el espacio, es el tema central de la presencia española en la Bienal de arquitectura de Venecia, que alcanza su undécima edición. Inaugura la participación española en la ciudad de los canales el próximo sábado día 13 la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor.

El pabellón español acogerá hasta el 23 de noviembre proyectos construidos y no construidos de medio centenar de arquitectos españoles de dos generaciones. Unos profesionales que han colocado la arquitectura española actual en un primer plano internacional y que no dejan de acaparar un enorme reconocimiento y un respeto que se traduce en encargos en los cinco continentes.

Ángel Fernández Alba y Soledad del Pino (AFA Arquitectos), son los comisarios de la participación española y los responsables de la selección y diseño expositivo de un pabellón que tiene ya medio siglo y al que le han colocado unas muy venecianas máscaras. Para dejar claras las intenciones de su propuesta, la selección de arquitectos y proyectos se ha hecho bajo el lema De lo construido a la arquitectura sin papel y equilibra la presencia de consagrados y noveles.

Se han fijado los comisarios tanto en la labor de quienes empezaron dibujando su obra en papel y con tiralíneas y en la de los que solo han conocido la pantalla del ordenador. Del Pino y Fernández Alba se proponen de este modo reivindicar, por un lado, lo construido mediante la obra silenciosa de una generación de maestros de la arquitectura española y, por otro, un recorrido hacia la arquitectura sin papel mostrando la obra (construida o no) de una sorprendente generación más joven y tecnificada que ha encontrado en la Red su canal de expresión.

Juicios poéticos

Para los comisarios del pabellón español «estas obras muestran distintas respuestas vanguardistas a la modernidad arquitectónica que aún no está agotada aunque cumpla ahora cien años».

«No se han elegido -añaden- nombres que pertenezcan al star system, sino obras de reciente construcción y de gran calidad; eso sí, firmadas por profesionales que poseen una amplia trayectoria». «Para la selección -argumentan- nos hemos apoyado, sobre todo, en juicios poéticos que acercan la arquitectura a los presupuestos del arte».

Han estructurado su propuesta en varios apartados con obras ya concluidas y otras solo proyectadas. Arrancan con Sin nombre, lugares , que incluye seis proyectos de reciente construcción, elaborados por arquitectos de reconocida trayectoria «que, de forma callada, generaron sus obras cubriendo una demanda cada día más compleja». Profesionales veteranos que han construido desde una biblioteca a un conjunto escultórico de viviendas, pasando por un centro de artes escénicas o recuperando de una antigua fábrica de curtidos como vivienda particular.

Lugares «que se transforman haciendo visible lo invisible» con proyectos que firman el cántabro Juan Navarro Baldeweg, premio Nacional de Artes Plásticas y autor del polémico Teatro del Canal alzado en Madrid; los catalanes Lluís Clotet e Ignacio Paricio, con su conjunto de viviendas en Diagonal Mar de Barcelona; Josep Llinás, autor de la Biblioteca Jaume Fuster también en Barcelona, el equipo de Olot RCR Arquitectos que han sido los responsables de las bodegas Bell-Lloc, o los vascos del estudio IMB que crearon la Biblioteca Foral de Vizcaya .