Portugal alentó ayer a los países lusófonos a potenciar el papel de esta comunidad en el mundo y promover el uso internacional del portugués, en la inauguración de una cumbre entre la nación europea y sus siete ex colonias, entre ellas Brasil. Al inicio de la 7.ª Cumbre de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), al glosar el programa portugués para su presidencia rotativa del organismo, el primer ministro José Sócrates abogó por fijar fechas en la adopción del Acuerdo Ortográfico de la Lengua que unifica el idioma en el mundo. La comunidad lusófona, agregó, debe esforzarse por cumplir el lema de esta cumbre: «Lengua portuguesa, patrimonio común, futuro global».
El primer ministro luso se comprometió a aprovechar Internet y las nuevas tecnologías para promover y afirmar la lengua portuguesa y hacer que se use más en los organismos internacionales, defender el concepto de «ciudadanía» de la comunidad y potenciar su acción internacional en la defensa de la paz y la estabilidad.
Doce años de CPLP
El presidente portugués, el conservador Aníbal Cavaco Silva, y el primer ministro, el socialista José Sócrates, se mostraron orgullosos de la representatividad conseguida por la organización.
Pero tras doce años de vida, la CPLP aún tiene mucho trabajo por hacer para afirmar la presencia de los países lusófonos en la escena internacional y la cooperación entre sí, coincidieron ambos políticos en sus discursos de inauguración.
Cavaco recordó la creación de la comunidad lusófona, en otra conferencia celebrada en 1996 en el mismo centro de convenciones lisboeta, y ensalzó los avances en el desarrollo del organismo junto a los retos para «ampliar su representación».
240 millones de hablantes
Portugal y sus siete antiguas colonias suman 240 millones de habitantes -casi 190 millones son brasileños-y un producto interior bruto (PIB) de 700.000 millones de dólares.
Cavaco subrayó éxitos como el avance en la institucionalización de la CPLP, que cuenta con una Asamblea Parlamentaria, su creciente visibilidad mundial, los valores democráticos que la animan y su papel en la crisis de Timor Este, que tras lograr la independencia de Indonesia se sumó en 2002 a la organización. También alentó a los miembros del organismo a coordinar esfuerzos en iniciativas conjuntas, como la presentación de candidaturas a organismos mundiales.
El jefe de Estado de Guinea Bissáu, João Bernardo Nino Vieira, en su calidad de presidente saliente, resaltó los avances y las potencialidades de la organización, pero recordó las dificultades de la «discontinuidad geográfica» entre sus miembros y su «falta de recursos».