«Muy pocos músicos gallegos viven de sus actuaciones»

CULTURA

Tras una gira de dos años y preparado para tocar en Europa, Mutenrohi presentó su nuevo disco, «Sete»

18 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El suyo es un caso particular. Juan Carlos Fasero (Arnoia, 1969) es miembro de Mutenrohi. Grupo de referencia en la música folk que ha presentado su nuevo elepé, Sete. En su doble condición de músico y empresario, como propietario y gerente de la discográfica Zouma Records, Fasero reconoce «ver los toros desde ambos lados de la barrera». Tras dos años de gira, sonando en las regiones europeas de tradición celta, los ourensanos Mutenrohi rehacen ahora sus maletas para seguir codeándose, durante el verano que se avecina, con los grupos de culto de un género en el que Galicia ya es una referencia a escala mundial.

-Con este disco, ¿reconocen que los cedés ya han dejado de ser el pan de cada mes?

-Para los grupos, el cedé nunca ha sido una manera de ganar dinero, pero sí que es un elemento básico para la promoción. Lo que se consigue es decir al publico que estás vivo, que estás haciendo cosas nuevas, que el repertorio se renueva en los directos, que tienes unas colaboraciones de categoría o simplemente que tienes algo diferente a lo de siempre.

-¿Y este trabajo, «Sete», es más de lo mismo?

-Este disco es más de lo mismo, en el sentido de que es más Mutenrohi. Ya que, si Mutenrohi tiene algo definido desde hace muchos años, es el sonido. También se puede considerar una evolución para la gente nueva que fue entrando en la banda y aporta un color diferente. Es un trabajo con más colaboraciones, con canciones compuestas por otros autores. En ese sentido, es un disco diferente al resto pero totalmente reconocible por el sonido, algo muy complicado de conseguir para una banda.

-¿La etiqueta de grupo que hace fusión con la música folk es acertada?

-Creo que está bien puesta. La idea del grupo es que cuando alguien escuche una canción tenga muy complicado decidir si es un tema tradicional o no. Básicamente, la mayoría de las melodías son tradicionales, pero también hay muchas partes de recopilación con las que nosotros hacemos versiones más modernas.

-¿Estas inquietudes por innovar también las llevan a la puesta en escena de los directos?

-Esto ya lo hacemos desde hace tiempo, nos gusta meter complementos modernos en las actuaciones. En la gira pasada proyectamos vídeos, y en la anterior diapositivas. Algo que no es muy común dentro de la música folk.

-A estas novedades ayudan las colaboraciones de otros artistas que también han participado en el disco, ¿no?

-La principal es la del violinista Duncan Chisholm, de la formación Wolfstone, que son como los Rolling Stones de la música folk y que conocimos en un festival donde a base de cervezas cerramos una buena amistad. La gaita de Cristina Pato aporta un sonido diferente, la voz de Eva Carreras y Laura Moure, la flauta de Diego Fortes o la música de banda de gaitas de Cea...

-¿La música de Mutenrohi permite vivir únicamente de su arte a los miembros de la banda?

-Los grupos gallegos viven del trabajo que hacen en otras cosas, muy pocos pueden vivir de sus actuaciones. Por ejemplo, el batería es profesor de música y el violinista es maestro en un colegio. Vivimos de la música pero no del grupo de música, sino de las puertas que este arte nos abre. Un grupo gallego de folk puede hacer 20 o 30 conciertos en un año solo en Galicia, pero eso no llega para vivir.