Unas torres de radio similares a las de Lugo son monumentos en Suecia

Xavier Lombardero

CULTURA

12 abr 2008 . Actualizado a las 02:26 h.

Los arquitectos que en el 2006 presentaron un anteproyecto para rehabilitar las torres de Cospeito han corroborado el peligro de estabilidad que corre una de ellas, la de Veiga de Pumar, y el gran valor como patrimonio industrial de esta instalación proyectada por el Tercer Reich alemán para intentar el dominio del Atlántico.

Desde el estudio de arquitectura Crecente Asociados recuerdan que una estación de radio situada al sur de Suecia, en Varberg Grimeton, que ya no es de uso regular pero que se ha mantenido en funcionamiento, fue declarada en el 2004 por la Unesco patrimonio de la humanidad, 74 años después de haber sido inaugurada en 1924. Es lo que queda de una red con estaciones en Gales, Polonia, Suecia, EE.?UU. y Hawái, que permitió el establecimiento de comunicaciones trasatlánticas, y sirvió a los submarinos de la Marina Real Sueca.

La movilización de ciudadanos de Estocolmo y otros puntos de Suecia para que no se apagaran sus transmisiones, llevó a la declaración de Grimeton como monumento nacional industrial, y posteriormente al reconocimiento de la Unesco. A raíz de este ejemplo, Mario Crecente dice que, dejando a un lado el infame recuerdo nazi, las torres de O Arneiro merecen también un reconocimiento como patrimonio industrial, que tendría eco internacional.

Las mencionadas torres, equipos de radio de Elektra-Sonne, generadores y hasta los hangares de aeródromo de Rozas (el primero de Galicia), que daba apoyo a la base de radio, llegaron desmontados en 1940 a Lugo, en un gran convoy con decenas de camiones.

«Al ser capturado durante el conflicto bélico el submarino ? U-505, el Ejército aliado supo de la ubicación de las instalaciones y el novedoso sistema de navegación que había dado a la Luftwaffe [la fuerza aérea alemana desde su creación hasta la disolución del III Reich] la supremacía en el Atlántico norte», explicaba Crecente en una de sus presentaciones para la Fundación Terra Chá.

Lo que se plantea ahora, si el asunto de la titularidad se resuelve antes de que todo se derrumbe, es una declaración patrimonial conjunta con el hangar de Rozas, considerado una joya por varios ingenieros aeronáuticos de Madrid.

Red WiMAX

En el proyecto de rehabilitación figura, por otro lado, utilizar las torres de O Arneiro para un proyecto piloto de emisiones WiMAX, una alternativa de conexión en banda ancha por microondas al cable o la ADSL, que al parecer podría rentabilizarse con tan solo unos cientos de usuarios. La gran cota de las antenas, a 112 metros de altura, favorecería un servicio de largo alcance en zonas rurales y urbanas de Lugo. La firma de telecomunicaciones R valoró el proyecto y señala que podría servir a una red WiMAX en poblaciones cercanas, pero finalmente lo acabó desestimando.

Peligro de derrumbe

El problema acuciante, como indicaba el ingeniero José Novo, y también Crecente, es el peligro de desplome de una segunda torre en Veiga de Pumar. «Ten un dos tensores frouxos, e iso fai que se resinta toda a estrutura diante dos refachos de vento», señala este último. Urgente resulta también recuperar la antena caída en A Graña (Abadín), para que no sea pasto de los saqueadores de acero y cableado. El proyecto de valorización patrimonial contemplaba erigirla de nuevo junto a la de Arneiro, donde se ubicaría un centro de interpretación. Muchos de los aparatos originales pueden estar en viviendas de la zona.

Titularidad estatal

La Voz intentó ayer contactar, sin éxito, con el alcalde de Cospeito y senador del PP por Lugo, Armando Castosa, para conocer sus gestiones al respecto con el Ministerio de Defensa, pues la titularidad de las torres recae en el Gobierno central.