«Cada vez es más fácil grabar, pero más difícil que te escuchen»

Cristina Ruiz

CULTURA

El artista asturiano presenta «No hay nada mejor que escribir una canción», donde muestra sus inquietudes sociales

01 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Víctor Manuel llega con un nuevo álbum, No hay nada mejor que escribir una canción, donde vuelve a recopilar todos los temas que le inquietan, desde la memoria histórica a los malos tratos, pasando por un homenaje que rinde a la mujer. Lejos de pensar en retirarse, hace unos meses repasó toda su obra con la publicación de un cancionero y desde el próximo martes tiene nuevo disco en la calle, aunque admite que «cada vez es más fácil grabar, pero más difícil que te escuchen».

-¿Con qué sorprende este nuevo disco?

-Es muy social, en la línea del anterior, Un perro en el garaje [2004], quizá por la efervescencia que ha habido desde entonces. Cuento lo que veo, leo o escucho, historias que me provocan canciones y en los últimos años las cosas están muy calientes; y esa indignación que siento por lo injusto, me hace componer.

-En la canción «Cómo voy a olvidarme» aborda la cuestión de la memoria histórica, ¿qué es lo que primero le viene a la cabeza?

-Mi abuelo Ángel, que está con muchos otros en una fosa común del cementerio civil de Oviedo. Fue fusilado en 1941, tras la guerra. Pero también pienso en tanta gente a la que no le pueden exigir que pasen un paño y borren su memoria de un plumazo. Tienen un familiar en una cuneta y creo que es un derecho el poder tener el cuerpo de sus seres queridos para darles sepultura. No aspiro a nada más, la guerra y los atropellos están muy lejanos, pero esto es un derecho.

-También habla mucho de la mujer, ¿qué mujeres le han marcado?

-Por un lado destacaría a las que está dedicada Mujeres, una canción hecha para un corto sobre las represaliadas por su apoyo en la huelga del 63 en la cuenca minera. También a toda esa generación que luchó por el voto femenino, sobre todo en la República. Es algo que parece obvio y lejano, pero que es de hace dos días. Y la que más me ha marcado es, sin duda, mi mujer, Ana Belén; son muchos años juntos en lo profesional y en lo personal.

-En «Donde da la vuelta al aire», otra de los temas del disco, dice que no hay nada mejor que escribir una canción con amigos, ¿por qué?

-En realidad eso es mentira, para trabajar necesito soledad. Pero los amigos son indispensables, aunque no soy de esos que cuando vienen a casa les pongo mis discos y les doy la brasa, porque me horroriza que lo hagan conmigo. Mis amigos son gente de hace muchos años, los de siempre; incluso de Mieres, en Asturias, con los que quedo cada Navidad.

-«Primavera es cuando llega abril» habla de un matrimonio gay, ¿le podríamos ver de pregonero el Día del Orgullo?

-Sí. Ana ya lo ha sido y a mí me lo pidieron el año pasado, pero no pude; era yo el destinado antes que Marta Sánchez [confiesa bromeando], y si me lo piden este año iré. En el año 81 ya escribí el tema Quien puso más y ahora prefería reflejar ese contraste entre machotes, un guardia civil y un legionario, que simplemente se quieren.

-En los próximos meses vuelve a los escenarios y en junio de gira con Ana Belén para presentar nuevos discos, algo «cada vez más difícil», ¿por qué?

-Porque las radios ponen siempre mis canciones de antes y eso me agota, prefiero las nuevas. Además me horroriza oírme y mucho más verme, a no ser que sean imágenes del principio de los tiempos.

-Entonces era un símbolo sexual, ¿le siguen acosando?

-No, ahora la gente de mi edad solo va a los conciertos en teatros pequeñitos y sentados [se ríe]; en las primeras filas hay jóvenes que se han ido enganchando. Pero recuerdo la primera vez que me arrancaron la ropa, al final de una actuación en un frontón de Tolosa. Todo ha cambiado.

-¿Los cambios en la industria también afectan a los consagrados?

-Cada vez es más fácil grabar, pero más difícil que te escuchen.