«El asesinato de John Lennon»: la polémica servida 27 años después

Efe

CULTURA

Una provocativa película explora la oscura mente del asesino de Lennon, Mark David Chapman

08 dic 2007 . Actualizado a las 12:49 h.

Una provocativa película que explora la oscura mente del asesino de John Lennon, Mark David Chapman, llegó hoy a los cines del Reino Unido en la víspera del vigésimo séptimo aniversario de una muerte que conmocionó al mundo.

Dirigido por el británico Andrew Piddington, el filme, titulado The Killing of John Lennon (El asesinato de John Lennon), recrea con dramatismo las escalofriantes maquinaciones de Chapman, un narcisista trastornado, para acabar con la vida del famoso cantante.

Con la precisión de un cirujano, Piddington, que tardó tres años en terminar la película por falta de presupuesto, reconstruye los movimientos del asesino en los meses previos al crimen a partir de sus propias declaraciones a la policía y testimonios de testigos.

Criticado por quienes creen que la cinta glorifica a Chapman, el cineasta bucea en la mente del psicópata sin miedo a la polémica, aunque no olvida que «el impacto de la muerte de John Lennon todavía lo siente hoy mucha gente».

«Desde el principio -afirma en la página del filme en Internet-, quise que la película fuera controvertida, dura, realista e impávida en la presentación de la verdad».

El peso del docudrama recae sobre los hombros de Jonas Ball, un actor poco conocido que deleita al espectador con una interpretación sublime -sobrecoge la gélida mirada que le pone a Chapman- y una narración de la historia al estilo del personaje Travis Bickle, encarnado por Robert de Niro en Taxi Driver (1976).

La película arranca con un día en la vida de Chapman, un joven guardia de seguridad de 25 años que vive en Honolulu (Hawai), que está casado con una japonesa, Gloria, a la que recrimina continuamente; que se avergüenza de su madre y que odia a su padre.

Sin autoestima alguna, el perturbado busca refugio en la novela «El guardián entre el centeno» (The Catcher in the Rye), de J.D.

Salinger, y acaba identificándose con el personaje de Holden Caulfield, que no soporta la hipocresía.

En una biblioteca, Chapman se fija también en un álbum de fotos de Lennon y se pregunta cómo un hombre tan rico «nos puede decir (en la canción »Imagine«) que imaginemos que no hay posesiones»: «Él -concluye- es un farsante».

Entonces, el hawaiano empieza a urdir un plan para asesinar a Lennon mientras escucha canciones de los Beatles, y la tensión del filme aumenta por momentos con avisos de que se acerca el crimen.

Chapman viaja a Nueva York, hace guardia durante días frente al apartamento que Lennon y su esposa, Yoko Ono, poseen en el edificio Dakota y el 8 de noviembre de 1980 se levanta con una premonición: «Hoy es el día».

Por la tarde, el perturbado aborda al matrimonio a la salida del Dakota y logra que Lennon, que el pasado mes ha cumplido 40 años, le firme su último y esperado disco, «Double Fantasy».

Al volver la pareja por la noche, Chapman, que sigue de guardia, cumple su «misión» y acribilla al músico por la espalda con cinco balas disparadas por un revólver Charter Arms 38: «Yo era un don nadie -alardea- hasta que asesiné al tipo más grande de la Tierra».

La película, aclamada en 2006 en el Festival de Edimburgo, ganó este año el premio especial del jurado en el neoyorquino Festival de Cine de Tribeca y ha recibido buenas críticas, aunque también ha sido blanco de afilados reproches en el Reino Unido.

El diario sensacionalista The Mirror ha tildado la cinta de «mal gusto», porque «el hombre que tiroteó al ex Beatle merece pudrirse en su celda, no que se hagan películas sobre él».

Asimismo, el crítico Ian Millar, de Bloomberg, ha lamentado que Chapman aparezca en el filme como «un cierto tipo de antihéroe existencialista», cuando sólo fue «un hombre muy perturbado, y posiblemente enfermo, que asesinó a Lennon a sangre fría».

En su defensa, Piddington argumenta que «la película ni condena no exonera a Mark Chapman y, aunque se trata de un filme humano, no es de ninguna manera compasivo con él».

Mark David Chapman, que cumplió su condena de 20 años en el año 2000, sigue recluido en su celda del Correccional de Attica (Nueva York) y le ha sido denegada la libertad condicional en cuatro ocasiones debido a la «naturaleza inusual» de su crimen.