La muerte de Fernán-Gómez deja al cine y al teatro sin un gran referente

La Voz

CULTURA

La última película en ?la que participó fue ?la producción gallega «Mía Sarah», que se rodó en A Coruña

22 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Actor cumbre, reputado cineasta, académico, autor teatral y literario, Fernando Fernán-Gómez, fallecido ayer a los 86 años tras una larga enfermedad, nunca se dejó ceñir por el ejercicio de una disciplina única, lo que le convirtió en una figura clave de la cultura española contemporánea. La trayectoria de Fernando Fernán-Gómez, una de las más brillantes del séptimo arte, tuvo su último episodio en Galicia con su participación en la película de Formato Producciones Mía Sarah . Rodada en los platós de Voz Audiovisual en A Coruña y en exteriores de Betanzos en los meses de agosto y septiembre del 2005, fue estrenada en diciembre del año pasado. En la ópera prima del director Gustavo Ron, Fernán-Gómez interpretó a un abuelo que enseña el arte de la vida a su nieto, interpretado por el joven actor gallego Manuel Lozano, con el que ha compartido cartel en otras ocasiones ( La lengua de las mariposas , El Lazarillo de Tormes y Tiovivo 1950) .

La trayectoria de Fernán-Gómez va desde la concesión del Príncipe de Asturias de las Artes, los Premios Nacionales de Cine y Teatro, la Medalla de Oro de la Academia de Cine o la máxima cantidad de Goyas acumulada por ninguna otra figura del cine español. Nacido el 28 de agosto de 1921 en Lima, durante una gira que realizaba por Latinoamérica su madre, la actriz Carola Fernández Gómez, fue inscrito en el consulado de Buenos Aires, por lo que conservó la nacionalidad argentina hasta 1970, año en el que se nacionalizó español.

A los tres años llegó a España y ya a los nueve se incorporó al cuadro artístico de su colegio, donde debutó con un papel de camarero. Desde 1934 participó en grupos de teatro de aficionados y fue su afición a la interpretación la que le llevó a abandonar sus estudios de Filosofía y Letras para dedicarse a la escena, donde debutó como profesional en 1938 en la compañía de Laura Pinillos. Allí le descubrió Jardiel Poncela, quien le dio su primera oportunidad al ofrecerle, en 1940, un papel como actor de reparto en su obra Los ladrones somos gente honrada . Tres años más tarde le contrató la productora cinematográfica Cifesa y así irrumpió en el cine con el filme Cristina Guzmán , dirigido por Gonzalo Delgrás, y ya al año siguiente le ofrecieron su primer papel protagonista en Empezó en boda, de Raffaello Matarazzo.

Casi 200 películas

Así comenzó una carrera como intérprete cinematográfico que le llevó a rodar casi 200 películas a lo largo de casi sesenta años. No descartó ninguna de las facetas interpretativas, desde la radio o el doblaje de películas, allá en los años cuarenta, pasando por la actuación y la realización de series de TVE. Como autor literario, dominó, además del texto teatral, la novela y la poesía. Con la novela El mal de amor llegó a ser finalista del Premio Planeta en 1987.