París brinda a Barbie un universo espacial y filosófico para el siglo XXI

Efe

CULTURA

La Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio de París inaugura «La Villa de Mademoiselle B.», una exposición que a partir de la célebre muñeca se interroga sobre la arquitectura.

10 oct 2007 . Actualizado a las 20:46 h.

La Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio inaugura hoy «La Villa de Mademoiselle B.», una exposición que a partir de la célebre muñeca Barbie se interroga «con poesía» sobre la arquitectura del siglo XXI y la posición de la mujer en el mundo actual, dijo a Efe su comisaria, Fiona Meadows.

Esta arquitecta y artista eligió a nueve arquitectas, Sophie Delhay, Dominique Jakob, Anne-Francoise Jumeau, Isabel Hérault, Karine Herman, Raphaelle Hondelatte, Gaelle Hamonic, Florence Lipsky y Emmanuelle Marin-Trottin, para imaginar con ella un nuevo universo espacial para Barbie.

Cada una trabajó sobre un concepto de habitación -voluntariamente alejado del estereotipo del apartamento de tres piezas, comedor y salón-, subrayó la comisaria, quien fijó las reglas de este «juego» artístico, espacial, ecológico y filosófico.

De vocación abiertamente popular, a la vez que comprometida y con mensaje, la exhibición fue construida a escala Barbie, es decir a 1/6 de la humana.

Los diez espacios creados para la rubia muñeca maniquí, sus amigas, sus hombres, sus fantasmas, sus héroes, sus mascotas, sus robots y sus sueños son absolutamente originales.

En un sorteo realizado el Día de la Mujer, el pasado 8 de marzo, a Karine Herman le tocó el «Beauty building space», un lugar «donde hacerse bella, liberarse sin complejo al narcisismo, metamorfosearse, travestirse, maquillarse, entrenarse, disfrazarse...».

La propuesta incluía «una galería de espejos», convertida aquí en un héroe -Spiderman- encerrado en una jaula, para que Barbie pueda contemplarse a placer a través de sus ojos, dijo a Efe la arquitecta.

Sophie Delhay se hizo cargo del «Body & Soul Boudoir», lugar donde «soñar, relajarse, hacer yoga, recibir a su 'psy' o a su 'coach', meditar, crear su propio altar para los ancestros...», con forma de extraño huevo y homenaje interior a la pintora mexicana Frida Kahlo.

El «I.T.LAB.», donde expandir «el placer digital bajo todas sus especies», fue para Florence Lipsky, mientras que el «Urban Cottage», donde disfrutar del «placer de recibir amigos en casa, con toda autonomía», como los «VIP» (Personas Muy Importantes), los personajes famosos o de la UNESCO o las vecinas «en pijama», es más bien negro y pesimista, visto por Dominique Jakob.

En «Blablabla Lounge», Gaëlle Hamonic ideó el lugar del «placer de palabrear ante el fuego, enfadarse o reunirse con su asociación caritativa, política o de barrio»; mientras que Jumeau y Marin-Trottin se concentraron en «el placer del punto 3 G» (garaje, granero y galería de arte), de «Treasure Island».

Isabel Hérault ideó para «Lunch Box» un sorprendente comedor, de paredes de cucharillas y escaleras de cuchillos, donde una multitud de Barbies hablan de comida y anorexia sentadas en cazos colgantes.

Dos de las «habitaciones» dan libre acceso al público infantil, que cuenta también con un lago con nenúfares 1/6 más grandes que los reales.

Además, los pequeños, invitados esta tarde a la presentación a la prensa, podrán jugar en «Pet Land» con el jardín de cubos blancos que Fiona Meadows construyó para mayor felicidad de los animales de compañía de Barbie.

En su cuaderno del proyecto hay muchas cifras sobre la peculiar relación del hombre y sus mascotas, que aquí disfrutan de un verdadero espacio, excluidas como están de la bella terraza superior con piscina y césped, donde algunas Barbie toman el sol en compañía de un elegantísimo Ken, en traje de baño de boxeador satinado y con estrellas.

Si se atreve, el público infantil tiene además permiso para adentrarse en «el mejor sitio para llorar», escribir un diario «o refugiarse en el cuarto de baño»: el «Secret Garden», jardín secreto todo verde y tupido creado por Raphaelle Hondelatte.

La muestra presenta, asimismo, el trabajo de otras 25 creadoras dedicadas a la gastronomía, la moda, el reciclado artístico y las artes plásticas, expone los diseños de algunos modistos de alta costura, de varios estudiantes de una escuela de moda y de las usuarias de la Casa de la Mujer, construida gracias a esta exposición en Camerún, donde también gracias a Barbie se promueve un taller de arquitectura sostenible.