Tres cintas premiadas en Cannes competirán con «El orfanato» por el Oscar

Efe

CULTURA

La mexicana «Luz silenciosa», la alemana «Auf der anderen Seite» y la francesa «Persépolis» arrancan la carrera para optar al premio a la mejor película de habla no inglesa en la 80 edición de los Oscar.

27 sep 2007 . Actualizado a las 21:35 h.

Tres cintas premiadas en el Festival de Cine de Cannes -la mexicana «Luz silenciosa», la alemana «Auf der anderen Seite» y la francesa «Persépolis»- arrancan, junto con la española «El orfanato», la carrera para optar al premio a la mejor película de habla no inglesa en la 80 edición de los Oscar.

Allí se presentó también, aunque fuera de concurso, la cinta de Juan Antonio Bayona, que aunque cuenta con las bazas de estar apadrinada por Guillermo del Toro y será objeto de un «remake» en Hollywood, tendrá que hacerse un hueco entre las nuevas películas de Carlos Reygadas, Giuseppe Tornatore, Fatih Akin o Johnnie To para figurar en la terna de cinco candidatos al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

A falta de países como Japón, China, Suecia, Dinamarca o Argentina que presenten sus cintas candidatas -la fecha límite para enviar a Hollywood el título de la candidata es el 1 de octubre-, la lucha por el eunuco dorado reservado al cine extranjero enfrenta a viejas conocidas del Festival de Cannes.

Allí ganó el pasado mayo el premio al mejor guión la película que representará a Alemania, que podría cederse en testigo a sí misma si recogiera, tras la victoria el año pasado por «La vida de los otros», un nuevo eunuco dorado con «Auf der anderen Seite», del realizador germano de origen turco Fatih Akin.

También en Cannes se vieron las caras y compartieron el Premio del Jurado la nueva película de Carlos Reygadas, «Luz silenciosa», o la cinta de animación que repasa la última historia iraní, «Persépolis», adaptación del cómic del mismo nombre que han dirigido su propia autora, Marjane Satrapi, y Vincent Paronnaud.

La primera representará a México y podría darle su primer Óscar tras siete infructuosas candidaturas, mientras que la arriesgada apuesta de Francia podría romper su mala racha del país, ya que, a pesar de ser junto con Italia la nacionalidad más premiadas en la historia del galardón, no lo consigue desde «Indochina», en 1992.

En el Festival de Cine de Berlín compitió la representante de Brasil «O ano em que meus pais saíram de férias» (El año en que mis padres se fueron de vacaciones), en la que Cao Hamburger retrata la dictadura que gobernó el país entre 1964 y 1985 tomando como protagonista a un niño.

El factor infantil podría darle al país -que en los últimos años ha tenido éxitos internacionales como «Estación Central de Brasil» (1998) o «Ciudad de Dios» (2002)- cuenta con una efectividad refrendada por las victorias de la checa «Kolya» (1996) o las italianas «La vida es bella» (1998) y el clásico del neorrealismo «El ladrón de bicicletas» (1948).

Italia, precisamente, apuesta este año por Giuseppe Tornatore para llevarse su decimotercer Óscar para el país, cineasta que ya tiene una estatuilla en la repisa por «Cinema Paradiso» (1989) y que este año representa a su país de nuevo con la ganadora de la pasada edición de los David de Donatello «La Sconosciuta», un drama sobre la inmigración orquestado por Ennio Morricone.

La emergente cinematografía de Puerto Rico envía a Hollywood la cinta «Maldeamores», del debutante Carlitos Ruiz, mientras que Venezuela podría conseguir la primera candidatura de su historia por «Postales de Leningrado», de la cineasta Mariana Rondón.

«Les Mamies ne font pas dans la dentelle», de Betinna Oberli, es la representante de Suiza, y Hong Kong elegía también hoy a «Exiled», de Johnnie To, para concurrir en los próximos Óscar.

La Academia de Hollywood hará públicas sus finalistas el próximo 22 de enero y, el 24 de febrero, el Kodak Theater de Los Ángeles será el escenario para la tradicional gala que, en esta ocasión, estará presentada por segunda vez por la estrella de la televisión estadounidense Jon Stewart.

El premio a la mejor película extranjera, que se inauguró en 1947 con «Sciuscia» (Los limpiabotas), de Vittorio de Sica, fue en sus inicios un premio especial que la Academia de Hollywood entregaba sin anunciar candidatos.

Esta situación cambió en 1956, cuando el premio pasó a formar parte de una categoría convencional, con el anuncio previo de sus finalistas, aunque con la distinción de que sus votantes forman parte de una comisión especial, la única en la que todos sus miembros son obligados a ver los filmes candidatos para poder emitir su voto.

Por estas razones se convierte en uno de los premios más rigurosos e independientes y, por ello, cintas como «Adiós muchachos» (1987), «Amélie» (2001) o, el año pasado, «El laberinto del fauno», no se hicieron con el galardón a pesar de haber conseguido otras candidaturas en categorías distintas a la reservada para el cine extranjero