La cara B de frenar el negocio de las viviendas de uso turístico: «En A Coruña veo mi futuro laboral muy negro»

VIVIR A CORUÑA

A la espera de una ordenanza municipal que suprimirá la mitad de estos alojamientos para luchar contra la crisis de la vivienda, los inversores empiezan a poner el ojo en concellos cercanos. También trabajadores como Claudia Villares, estilista inmobiliaria, se centran en otro tipo de entornos
12 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.A falta de un visto bueno definitivo que probablemente llegará antes del verano, la ordenanza que regulará las viviendas de uso turístico (VUT) en A Coruña ya está teniendo consecuencias. La medida, que solo permitirá este tipo de alojamientos en bajos, primeros niveles y en edificios dedicados por completo a este fin, es para algunos una buena noticia —«los precios del alquiler comienzan a estancarse», indican en la inmobiliaria Romar, para añadir en BackHome que «están saliendo al mercado más viviendas»—. Pero para otros la norma es un error que pone en jaque la llegada de turistas, pero también la permanencia de algunos puestos de trabajo.
El Ejecutivo local tiene claro que «o incremento das vivendas de uso turístico ten un impacto directo no mercado porque reduce a bolsa de aluguer e fai que os prezos aumenten». Así lo manifestó hace un mes la alcaldesa, Inés Rey, cuando se anunció que con esta ordenanza desaparecerían la mitad de las más de 1.300 VUT que hay en la urbe. La Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga) eleva los cálculos a un 80 % de alojamientos, lo que según el vicepresidente de la entidad, Rafael Serrano, convertirá esta ciudad en un destino «agresivo para el turismo, porque no habrá sitio para todos, como ya pasa en Barcelona».
El representante de esta organización, plantea: «¿Dónde se van a alojar los turistas que ya tienen sus reservas hechas para el verano?». Si lo que buscan es este tipo de establecimientos, en Oleiros no podrán hacerlo. El que es uno de los concellos más demandados durante la época estival tiene prohibidas las viviendas de uso turístico desde el 2021. Pese a que en plataformas como Airbnb hay apartamentos de este tipo anunciados, e incluso aparecen 19 en el Registro de empresas e actividades turísticas (REAT), fuentes municipales advierten que «hay abiertos expedientes sancionadores». La restricción hace que este municipio sea uno de los que menos VUT tiene del área metropolitana herculina, encontrándose Miño y Sada en el extremo opuesto.
En la actualidad, estos enclaves costero cuentan con 195 y 103 viviendas de uso turístico y, según un sondeo a varias inmobiliarias, están viviendo un bum en los últimos tiempos. Diego Freire está detrás de la agencia Finsega, de Sada. Y aclara que aunque no trabaja con alquileres vacacionales, sí ha recibido llamadas de gente interesada en «en comprar viviendas para darles un uso turístico, e incluso edificios enteros». Y concluye: «La zona de Sada está en auge».
Claudia Villares trabaja como consultora experta en Home Staging, o lo que es lo mismo: es estilista inmobiliaria. Esta arquitecta lleva más de diez años en el sector del márketing inmobiliario «poniendo en valor todos los aspectos positivos de una vivienda con la mínima inversión». Desde que arrancó esta andadura laboral ha dedicado buena parte de su conocimiento a viviendas de uso turístico ubicadas en el norte de Galicia. Cuenta que desde hace un año nota «un bajón en la zona de A Coruña». «Los propietarios están más preocupados por las normas que están saliendo, y baja la inversión que antes se realizaba en trabajos como el mío, enfocado en convertir una vivienda en una joya atractiva para los turistas».
Esta profesional confiesa que entre los años 2022 y 2023 «no daba abasto», mientras que ahora le cuesta encontrar clientes. «En A Coruña, con la nueva ordenanza veo mi futuro muy negro, me repercute directamente, y me pasa lo mismo en Oleiros. En Sada es cierto que sí que hay interés por las viviendas de uso turístico, pero no tiran tanto de profesionales como yo. Todo esto me da pena porque Galicia está de moda y el turismo trae muchísimo dinero a las ciudades; tendré que focalizarme en entornos rurales», reflexiona.