Clásicos de la hostelería de A Coruña se renuevan: «Tras la reforma la aceptación de los clientes fue mejor de lo esperado»
VIVIR A CORUÑA
El restaurante Malpica estrenó hace unas semanas su nueva imagen, mientras el ultramarinos Casa Cuenca y el bar Pontejos siguen cerrados por obras
13 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La oferta hostelera de A Coruña está bien afianzada. Al histórico saber hacer gastronómico ahora se le suma una estudiada apuesta estética. Cada vez son más los locales que no solo miran la carta, sino también un adecuado interiorismo. Ejemplos claros son la Tahona de la calle Gran Canaria o la Malte de la plaza de las Atochas, ambos reconocidos en los Premios COAG de Arquitectura. Sin embargo, los proyectos de decoración no solo se encuentran en los nuevos locales. Clásicos de la hostelería coruñesa también se han dado un lavado de cara.
A Taberna de Cunqueiro hizo la reforma en enero de 2023. Llevaban más de quince años trabajando bien en el local y sabían lo que había que hacer. «Tenía muchas carencias en cosas de fontanería y electricidad, la cocina era muy antigua y había problemas de climatización», afirma Rubén Rey, el dueño. A pesar de la pertinencia, temían que a la clientela no le gustase la versión renovada. «La reforma la hizo un decorador y temíamos que perdiera la esencia, porque teníamos un negocio que estaba funcionando. Pero la verdad es que tuvo muy buena acogida y mejoró mucho», cuenta.
El asunto fue muy bien. Este verano A Taberna de Cunqueiro ha ampliado las instalaciones con O Alpendre, en un bajo contiguo. Rubén cuenta que en un principio no pensaban hacer reforma, que iban a abrir más o menos como estaba. Sin embargo, «al final te animas, vas cambiando y casi hicimos una reforma completa», dice. El resultado es un espacio que ha ganado en elegancia y que sirve para cubrir las necesidades de los clientes. «A Coruña tiene muy buen nivel de hostelería y ha habido inversiones muy grandes. Lo bueno es que la gente está respondiendo, cada vez hay más cruceros, más turistas de hotel. A Coruña lo está haciendo bien, está de moda».
El restaurante O Cabo, reconocido por su tortilla de patatas, también acometió una gran reforma el verano pasado. En este caso Ramón Rodríguez, el responsable, se animó a poner el cartel de obras porque había quedado vacío el local contiguo, lo que les permitía hacer una ampliación: «Teníamos que empezar sí o sí cuando se quedó libre». La intervención se prolongó durante tres meses. Firmado por Incoga, el resultado fue un nuevo concepto de local atemporal, espacioso y acogedor. «Tras la reforma, la aceptación de los clientes fue mejor de lo esperado. La gente se siente más cómoda», señala el responsable.
Con ese horizonte trabajan a destajo en Casa Cuenca. El histórico ultramarinos bajó la persiana durante la primavera de este año. Faustino Fernández se hizo con él y comenzó una intensa renovación de la mano de Malasa. Kenia Cruz, la manager del establecimiento, cuenta que todavía no hay fecha de apertura pero que espera que sea entre finales de este mes y principios del siguiente. «Se tiró todo abajo y se empezó de cero, aunque mantuvimos elementos como el mármol de la época», explica. La intención de la reforma ha sido recuperar el estilo de los cuarenta, década en la que nació la tienda.
A pocos metros de Casa Cuenca, el bar Pontejos también lleva cerrado por vacaciones y por obras desde el 26 de agosto. La previsión es que no abran hasta el 23 de septiembre, lunes, día perfecto para saborear su tortilla. El que ya ha estrenado las nuevas instalaciones es el restaurante Malpica, aunque mantiene la esencia de los manteles de papel.