Travis Birds en A Coruña: una sesión vermú con Thelma y Louise para inaugurar el Festival Noroeste

Laura García del Valle
Laura G. del Valle A CORUÑA

VIVIR A CORUÑA

Sara Toja

La madrileña, conocida por dar la réplica a Sabina con su versión de «19 días y 500 noches», actuó en la plaza de Azcárraga en el que fue el primer gran concierto de este evento musical

07 ago 2024 . Actualizado a las 18:29 h.

Estuvieron Thelma, Louise y Eduardo. Pero faltó Sabina. Al concierto que Travis Birds ofreció este miércoles a las 14.00 horas en la plaza de Azcárraga asistieron muchos turistas despistados, que descubriendo la ciudad se toparon con un recital de música en directo en un recinto inigualable, y tantos fans que tuvieron que cambiar sus planes al conocer, la semana pasada, que la actuación dejaba de ser este jueves a las 20.00 horas para pasar al miércoles a las dos de la tarde. El entorno pedía vermú, rendirse a la Pachamama y alzar las manos aunque se acabase de descubrir la voz angelical de una treintañera que evita decir su nombre real. El público —centenares de personas, aunque no demasiadas— cumplió con creces. Y eso que algunos venían de empalmada. No por llevar horas de sueño a sus espaldas, sino porque la banda de rock local Hormigonera había tocado una hora antes en la plaza de España.

La entrega generalizada de los asistentes suplió el cansancio de una banda que se había levantado a las cuatro de la mañana para darlo todo en esta actuación. Y que apenas se notó en el ímpetu que le puso sobre el escenario una mujer que recuerda a un gazpacho del primer disco de Bebe —escuchen sino Mis Aires, de esta compositora y Siempre me quedará, de la extremeña—, la Rozalén menos intensa y a Ella Baila Sola en el 2024 si Marta y Marilia se hubieran conocido en el 2019. 

El concierto duró menos de una hora, y cuando aquellos que hacían bulto en la plaza de Fuente del Deseo empezaron a animarse, se anunció el final del concierto. Los que tomaban café para cafeteros, y se sabían al dedillo el temazo que Travis Birds tiene con Leiva (Grillos), Eduardo —«nuestra mejor canción», aseguró la cantante— o Una romántica, esperaban la traca final. Esa en la que se iba a venir arriba hasta el apuntador.

Niños, muy mayores y, sobre todo, cantidad de parejas de unos treinta y pico, se sumaron a un ambiente festivo que acabó, como en la mayoría de conciertos de esta artista, con Thelma y Louise, un himno feminista que la radiofórmula se ha dejado en el tintero en pro de temas que se consumen como el mejor Big Mac.

Son muchos los fans que no entienden por qué Travis Birds sigue siendo una cantante de nicho que no termina de despuntar en el mainstream. No será por falta de padrinos. Desde que danza por salas de toda España, en aquellos tiempos que el mundo no sabía qué era el coronavirus, da la réplica a Joaquín Sabina con su versión de 19 días y 500 noches de la mano de Benjamín Prado, la canción más esperada del concierto y que, sin embargo, no estaba en el setlist. Además, a algunos les sonaba conocido uno de los temas, sin saber muy bien por qué. Era Coyotes, y fue la cabecera de la serie El Embarcadero