¿Conoces mejor tu ciudad que un turista? Así le saca los colores un «free tour» a un coruñés
VIVIR A CORUÑA
Descubrir nuestra ciudad con ojos de turista ofrece una perspectiva nueva de lugares que, de tan manidos, pasan inadvertidos. Te animamos a averiguar cuánto sabes de A Coruña con un test que sí pasarían muchos viajeros
06 ago 2024 . Actualizado a las 13:56 h.La plaza de María Pita era un parámo este lunes a las 12.30 del mediodía. Es curioso, porque en la calle Real no cabía un alma, pero lo cierto es que al llegar al entorno del Ayuntamiento solo se veían un par de grupos de turistas esperando a que les desgranaran los secretos de A Coruña. Todos los días, al menos en temporada estival, varias compañías especializadas organizan visitas por la ciudad para esos viajeros que han decidido hacer parada en esta península por primera, segunda o tercera vez. No sobra decir que estos planes están pensados para foráneos. Más allá de que, como comentan en We Galicia, «los vecinos casi nunca se animan a hacer estas rutas en sus ciudades», este tipo de tours repasan historias que muchas veces son ajenas a los locales, y suelen recorrer calles y plazas que no siempre forman parte del día a día de un coruñés.
Descubrir la ciudad donde una ha crecido con ojos de turista ofrece una perspectiva nueva de lugares que, de tan manidos, pasan inadvertidos. También permite identificar qué imagen trasladamos al mundo, y esta no siempre es la que deseamos que se venda en Finlandia, el País Vasco o Tombuctú.
Son unas cuarenta personas —la mayoría parejas de mediana edad— las que se han apuntado a este free tour de We Galicia. La visita dura unas dos horas y recorre la Ciudad Vieja y parte de Pescadería, parándose en lugares estratégicos donde muchas veces no recalaría un coruñés. Se dividen en dos grupos, cada uno con su guía, y arranca la ruta.
Comenzando en María Pita es inevitable dedicarle su tiempo a la estatua rinde homenaje a esta heroína, sobre la que, por cierto, ningún turista del free tour había oído hablar. Además, la guía explica el origen del nombre de la ciudad, comenta la relación que la urbe herculina tiene con Irlanda gracias a Breogán y por qué A Coruña no tiene catedral. A estas alturas de la película ya se ha hecho el primer comentario sobre el tiempo. No falla: «Parece que siempre llueve y mirad hoy qué sol». Era cierto, pero media hora después las nubes aparecieron para alimentar clichés.
Ya en la Ciudad Vieja, el olor que emanan algunas vías obliga a la especialista a dar una explicación. «Es que hay huelga y hace semanas que no se recogen algunos contenedores», indica casualmente en la calle de la Amargura. Se para en este pequeño enclave, que algunos ni sabrían ubicar en un plano, para explicar el por qué de su nombre: «Hay una teoría, porque a los coruñeses les gustan mucho las teorías, que dice que es porque por esta calle se subía la descarga de pescado; otra cuenta que cuando iban a ejecutar a los reos, los llevaban por esta calle hasta llegar a la picota».
La siguiente parada lleva a los turistas a la plaza de Azcárraga. «Los coruñeses que vienen a esta zona no quedan en María Pita, quedan aquí», dice la guía. Y los viajeros observan a su alrededor la vida apacible que les depararía de asentarse en esta zona de la ciudad. A continuación se muestra la plaza de la Constitución y la Colegiata, donde la guía aprovecha para recordar, frente a la Casa Cornide, que un pazo no es lo mismo que un palacio, para que aquellos que sigan recorriendo Galicia lo guarden en su retina.
A algunos ya, pasadas las 13.00 horas, les empieza a rugir el estómago, y la guía recuerda que la tortilla de Betanzos es un manjar que puede disfrutarse en innumerables locales herculinos, empezando por el Momos, situado en plena Ciudad Vieja. Hay quien saca su móvil para tomar nota.
La senda sigue hasta llegar al Parrote, donde los recién llegados admiran, unos, el crucero que está atracado en el puerto y, otros, la buena vida que se dan los bañistas del hotel Finisterre y los abonados de la Solana. Tras mucha anécdota histórica nunca viene mal un poco de salseo. Y efectivamente, el apunte que suscita más comentarios entre los visitantes es la casa de Amancio Ortega. La guía explica quién es esta figura, por si acaso. Y una chica aprovecha para preguntar si está muy lejos Arteixo, porque le gustaría ver la fábrica de Inditex.
No falta mucho para terminar la visita, pero aún hay que conocer las famosas galerías herculinas y pasar por la calle Real. Queda en el tintero el hecho de que el genio Picasso debutó como pintor en esta vía o explicar, aprovechando la ruta, la importancia que tienen Bonilla y Sargadelos en A Coruña. En el Obelisco, «punto de encuentro de los coruñeses porque queda todo cerca», a todos les sorprende que, efectivamente, no sea un obelisco, y la especialista menciona en este punto la importancia que tuvo el edificio del Banco Pastor en los años veinte en la ciudad, cuando se erigió como el edificio más alto de España.
La visita termina, tras más de dos horas, en frente a las playas del Orzán y Riazor. Perfecto para que se vaya cada mochuelo a su olivo o, más bien, cada turista a por su tapa.