¿Por qué hay barrios en A Coruña con más densidad de población que Delhi o Singapur?

VIVIR A CORUÑA

Imagen del Agra do Orzán
Imagen del Agra do Orzán ANGEL MANSO

La herculina es la ciudad con más altura media de España. Los expertos invitan a reflexionar sobre un modelo urbanístico que primó durante años una «especulación salvaje» agazapada bajo el paraguas de las limitaciones físicas de la urbe

02 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En lo relativo a la vivienda, Juan Flórez siempre encuentra su reverso en el Agra do Orzán. Esta calle del Ensanche, zona noble por excelencia, ocupa el segundo puesto del ránking de las zonas con el metro cuadrado más caro de A Coruña, mientras que al Agra do Orzán solo lo supera Os Mallos como enclave más económico para vivir. Sendos barrios aglutinan la mayor densidad de población de la urbe, aunque los motivos que llevan a que estos puntos tengan más vecinos por metro cuadrado que algunos distritos de Delhi o Singapur —dos de las ciudades más pobladas del mundo— distan de ser los mismos.

A Coruña tiene los edificios con la altura media más elevada de España, adelantando por la derecha a Madrid y Barcelona, núcleos con muchos más habitantes y sedes de emblemáticos rascacielos. Algunos especialistas comenzarían su explicación con una línea del tiempo que arranca en 1925. Ese año, el Cantón Pequeño inauguró el edificio central del Banco Pastor, coronándose como el techo más alto del país hasta que la sede de Telefónica, en la Gran Vía madrileña, le robó el título. La obsesión herculina por los bloques mastodónticos llegó a su apogeo entre los años sesenta y setenta, cuando nacieron el edificio de Torres y Sáez, la torre Dorada, la torre Esmeralda o la torre Hercón, mientras en paralelo se construían en el Agra inmuebles de nueve y diez plantas que alejaban cada vez más las palabras urbanismo y responsable. De aquellos polvos de «especulación salvaje» quedan hoy unos lodos que dejan «un modelo de distribución de población muy dañino».

Habla Ruth Varela, presidenta de la delegación de A Coruña del Colexio de Arquitectos de Galicia (COAG). Esta experta invita a reflexionar sobre unas políticas que dejan algunas zonas de la ciudad sin espacios verdes, las dotaciones de servicios sociales necesarios o incluso luz para unos vecinos a los que no les queda más remedio que vivir en lugares «densificados y poco sostenibles». Retrocede hasta esa etapa desarrollista en la que «los planes generales eran muy laxos, tanto que en algunos puntos de la urbe ni les llega el sol». Continúa: «En el Agra se aprovechó el éxodo del rural para tener mano de obra cerca, y se construyeron grandes moles hacia arriba dejando un espacio asfixiante. Los promotores de aquella época presionaron y consiguieron su objetivo, porque los planes de A Coruña tenían calles más anchas que modificaron el trazado hasta abandonar la misión principal del urbanismo, que es garantizar que las personas tengan una vida digna».

Por las características de esta ciudad, Varela indica que A Coruña podría fijarse en Vitoria como modelo a seguir «por las actuaciones de recuperación medioambiental, la restauración hidrológica y la ordenación y mejora del espacio público. El anillo verde es una gran iniciativa, igual que la gestión de residuos, las actuaciones de bajada de metabolismo urbano y sus políticas de vivienda».

Torre Hercón
Torre Hercón J.B.

Que A Coruña sea el segundo municipio capital de provincia más pequeño en extensión —apenas 38 kilómetros—, es decir, que tenga poco suelo edificable, para Xosé Lois Martínez no justifica la exacerbada construcción en altura que durante años dominó la ciudad, concretamente la segunda mitad del siglo XX. Este catedrático de Arquitectura pone el foco en el kilómetro 601, que recorrería a grosso modo de A Palloza a la plaza de Pontevedra. «Aquí están as torres máis importantes da cidade porque nos anos sesenta este terreo pertencía a dez propietarios que tiñan solares de 10.000 metros cadrados. Eran as élites políticas económicas e profesionais, que propuxeron un modelo de cidade similar á Gran Vía», con la salvedad, claro, de que esta calle madrileña tiene un ancho de cien metros y, como indica Martínez, en Juan Flórez no se rebasan los veinte. Se inició un proceso urbanístico «sen xustificación algunha para propiciar un crecemento patolóxico do que aínda hoxe estamos a pagar as consecuencias», apunta. A la «pegada ecolóxica», este arquitecto añade que aquellas decisiones ponen encima de la mesa «unha tipoloxía urbanística que dalgunha forma pretendía construír a cidade do neoliberalismo».

Tras varias iniciativas que parecían dejar entrever que A Coruña se expandería mirando de cerca al cielo, finalmente ni el barrio de Xuxán, ni los proyectos de Visma y As Percebeiras van a tener un rascacielos. El plan general no lo permite, y según le comentó el arquitecto Fernando Agrasar, también miembro del COAG, estos edificios «son muy interesantes arquitectónicamente, pero son fruto de una época hiperespeculativa que hoy no toleraríamos».