Mera, Perbes y Gandarío hacen su agosto: «Hay gente interesada en casas que se alquilan por 12.000 euros al mes»

VIVIR A CORUÑA

La mayoría de estas viviendas cuestan el doble que hace diez años, pero en las inmobiliarias alertan de que esta burbuja puede acabar explotándoles a los arrendadores
31 may 2024 . Actualizado a las 09:27 h.Por cómo está la situación inmobiliaria en A Coruña, algunos ya no sueñan con ganar el sueldo Nescafé, sino con encontrar una vivienda digna. En el otro extremo, los más afortunados esperan la época estival para engrosar sus arcas gracias al alquiler de inmuebles a pie de playa. No hace falta decir que quien posee un chalé en Bastiagueiro, Perbes o Caión tiene un tesoro, pero la coyuntura actual pone mucho de su parte para que una familia ya esté dispuesta a desembolsar 3.000 y 4.000 euros por pasar el mes de agosto en una residencia de verano en el área herculina. Tiene pretendientes incluso una casa a dos kilómetros de la playa de Mera que se alquila, según informan en la inmobiliaria MeraHome, por la friolera de 12.000 euros. «Hay una chica interesada, y eso que no hemos puesto el anuncio en portales de Internet», revelan.
Las suaves temperaturas son la mejor publicidad para esta esquina del noroeste peninsular. Si hasta hace no demasiado los gallegos vivían sometidos al estigma por su clima, ahora la comunidad es la envidia de aquellos que huyen de esos insufribles —y cada vez más frecuentes— 40 grados que soportan en otros puntos de España como consecuencia del cambio climático. A esto se le suma la democratización de plataformas como Airbnb, que conectan a propietario y huésped y permiten que cada vez más arrendadores saquen tajada de un sistema con el que ganan en un mes lo que obtendrían en cien días. Se puede constatar echando un ojo en Internet, pero también hablando con inmobiliarias, que explican el nuevo significado de «hacer el agosto».
El pasado verano, un artículo de La Voz titulaba que Oleiros era ya el nuevo Sanxenxo. Hacía referencia a que se ha convertido en uno de los destinos favoritos de infinidad de madrileños; una tendencia que cogió fuelle durante la pandemia y que en el 2023 eclosionó definitivamente. En el concello con mayor renta por habitante de Galicia, los alquileres vacacionales «están disparados», aseguran en la inmobiliaria Apremar. Sin embargo, pueden encontrarse costes mucho más elevados en otras zonas estratégicas del cinturón metropolitano, y esto se debe, seguramente, a que Oleiros prohíbe el uso de viviendas turísticas, lo cual ayuda a controlar la escalada de precios que sí se da, por ejemplo, en la urbe herculina.
En esta agencia indican que lo habitual es que una casa para una familia en julio y agosto cueste unos 3.000 euros al mes, y pese a lo desorbitado que pueda resultarle este importe a muchos bolsillos, la demanda está muy por encima de la oferta. Además, dicen que lo habitual es que los interesados sean turistas madrileños o del interior de Galicia, y añaden que cada vez son más «las familias coruñesas que se juntan y se trasladan al concello vecino en verano». Ante este panorama, apuntan, ya conocen casos de propietarios de viviendas en Oleiros que dejan su casa libre durante la etapa estival para obtener el mayor rendimiento del inmueble.
Aunque del área metropolitana, el metro cuadrado más caro está en Culleredo, donde el pasado abril costaba 8,4 euros —en la ciudad la tarifa está en 9,8 euros—, no es de los concellos que le sacan más partido al verano, pues Airbnb revela que es posible establecerse todo agosto por poco más de mil euros. Es la antítesis de la foto que ofrecen el área de Miño y Perbes, donde la vivienda más barata para ocupar durante la canícula cuesta 2.600 euros. Esto queda en nada si se tiene en cuenta que la mayoría de chalés de esta zona se alquilan el octavo mes del año por más de 4.000 euros. En Gandarío las casas durante esta época tampoco bajan de los 4.000 euros, pero aún así es menos de la mitad del coste de una «house surf» en Caión. Hay que desembolsar hasta 9.000 euros por una vivienda que cuenta con cuatro habitaciones, terraza y jardín.
En la inmobiliaria Romar, situada en Perillo, calculan que la mensualidad de la mayoría de estas viviendas cuesta ahora el doble que hace diez años, al menos en verano. «Esto puede ser peligroso. Mucha gente se deja llevar por la avaricia y libera la casa que tienen en alquiler durante el año para prepararla para los viajeros en julio y agosto. El problema es que estos ayuntamientos no son el centro de A Coruña, y aunque es muy fácil sacarle partido a un chalé en verano, luego puede que se queden vacíos en invierno». Continúa Carmen, responsable de esta agencia: «El mercado es el que es, pero algunas de estas casas no tienen ni piscina; no sé cuánto se pueden seguir incrementando estos precios».