![](https://img.lavdg.com/sc/AOYypOwtj5LNMNOLOth30hoTFqE=/480x/2023/09/04/00121693835041848625354/Foto/H23F9127.jpg)
Hace diez años eran Os Mallos, el Ensanche y Cuatro Caminos los barrios favoritos de los futuros graduados. La escasísima oferta sumada a la falta de residencias en la ciudad deja sin opciones a infinidad de jóvenes
05 sep 2023 . Actualizado a las 17:09 h.Dice Manuel Conchado que en unas dos horas tiene alquilado un piso para estudiantes. A su inmobiliaria, como a tantas otras, llamaron este verano decenas de alumnos desesperados buscando un techo bajo el que dormir en A Coruña. Muchos de ellos ni siquiera llegaron a ver el que sería su futuro hogar en persona, bastándoles unas cuantas fotos para entregar la fianza, sabiendo que de lo contrario otro se quedaría el inmueble. El ocaso al que se ven abocados infinidad de jóvenes llega a su punto álgido con el arranque de septiembre, cuando los rezagados se ven con una mano delante y otra detrás. El objetivo inicial de este reportaje era contar dónde viven los estudiantes en la ciudad, si hay focos que concentren a los futuros graduados de la UDC. Hace diez años esta universidad elaboró un informe en el que se detallaban las localizaciones favoritas de los jóvenes: Os Mallos, el Ensanche, Cuatro Caminos. Poder elegir es ahora una absoluta quimera por diversos factores.
Conchado, de la inmobiliaria Conchado Puente, explica cómo y por qué la situación es ahora otra completamente distinta. «Hasta hace unos años, los estudiantes podían escoger, y normalmente se iban a zonas que tuvieran cerca las líneas de autobús que llevasen a los campus; a día de hoy casi nadie tiene la capacidad de elegir porque la oferta, en general, es nula y los precios en barrios que antes eran los favoritos entre los estudiantes, como la plaza de Pontevedra o el final de Juan Flórez, ahora no se los pueden permitir». El elefante en la habitación es un incómodo conocido para inmobiliarias e inquilinos: la vivienda turística. «Hoy en día buena parte de la oferta está secuestrada y casi no hay vivienda para los estudiantes, están desesperados y es normal».
Este experto señala la escasez de residencias universitarias como un daño colateral del problema al que cada curso se ven sometidos los estudiantes —solo hay una residencia pública, la Elvira Bao, cuyo plazo de inscripción está abierto hasta el día 14 de este mes—. El catedrático emérito de Urbanismo, Xosé Lois Martínez, es especialmente beligerante con este asunto. «A Consellería de Educación e a UDC debería ter a obriga de pór a disposición dos estudantes unha alternativa ao problema do aloxamento que non sexa o 'mercado libre de aluguer de vivendas'. É un reto pendente que está lastrando a esta universidade», sentencia.
Víctor López, de Tilit Realty, también señala esta deficiencia como factor determinante para entender la compleja situación en la que se encuentran los estudiantes de los campus herculinos de la UDC. Pero señala otra carencia. «Hay muy pocas opciones para ir en transporte público al campus de Elviña. Para no hacer trasbordo, los estudiantes prácticamente tienen que vivir en zonas aledañas a Juan Flórez o a Cuatro Caminos, justo dos puntos donde los precios están disparados». Así las cosas, mantienen desde la inmobiliaria Romar, «a muchos estudiantes solo les queda irse a la Zapateira». «Eso o pagar inmuebles mucho más caros, que ya no son para estudiantes».
«Quien no alquiló en mayo ya no tiene opciones, al menos en lo que entendemos por piso de estudiantes. Es realmente penoso lo que está pasando con estos chicos», comentan desde esta agencia, para añadir en Conchado Puente que los jóvenes apenas tienen opciones de cambiar de vivienda una vez les entregan la llave, precisamente por la escasez comentada. A esto hay que sumar que cada vez son más los propietarios que piden a sus inquilinos que hagan varias mudanzas a lo largo de su estancia, pues quieren la vivienda para darle un uso turístico en la época estival.