Las mil y una especias que esconde Oleiros: el bajo que huele a hace 500 años

VIVIR A CORUÑA

Jacobo Pérez Sañudo en el bajo de Perillo donde está Céltigos
Jacobo Pérez Sañudo en el bajo de Perillo donde está Céltigos

En un local de Perillo elaboran y distribuyen diferentes condimentos, un negocio nada común en A Coruña que triunfa gracias a la valentía de un emprendedor que se lanzó al vacío hace seis años

05 jun 2023 . Actualizado a las 16:58 h.

En un pequeño almacén de Perillo huele como hace 500 años. Entonces, en 1523 A Coruña se convertía en epicentro comercial del mundo, al crearse en esta esquina la Casa de la Especiería, por la seguridad jurídica y estratégica de este puerto. Aun con este dato en su biografía, y teniendo la cocina atlántica en el pimentón un imprescindible de su recetario, sorprende encontrarse botes de condimentos en el ultramarinos con referencias gallegas. Jacobo Pérez Sañudo fue el valiente que se atrevió a indagar en este mercado, sin tener muy claro si iba a salir airoso. En primer lugar porque no conocía los intríngulis de estos productos y, en segundo, porque donde él veía una oportunidad quizás se trataba simplemente de un nicho que no necesitaba ser cubierto.

Así, tras dos décadas trabajando en Madrid, hace seis años llevó el mundo de las especias al concello de Oleiros, a un bajo donde la canela de Ceylan, el laurel o el orégano son las grandes protagonistas de esta fiesta para el sentido del olfato llamada Céltigos. «Tengo formación financiera, por lo que hice muchos análisis sobre la viabilidad de este proyecto, que nació porque a mí me gusta muchísimo el mundo de la cocina, pero lo de ser chef ya me pilló muy mayor».

Encontró un sistema mixto. De este modo podía matar el gusanillo y meterse en el mundo de la gastronomía sin renunciar a un negocio que podía ser —y acabó siendo— rentable. «Al darme cuenta de que aquí no tenemos especias, y nos las sirven todas de zonas del Levante, pensé que podía ser interesante trabajar con productores locales y hacer algo en A Coruña. Es una buena ocasión para innovar en la cocina porque es un ámbito que está viviendo una revolución, y los clientes cada vez buscan más calidad y se preocupan por lo que comen».

Los condimentos de Céltigos se encuentran en una treintena de tiendas de la provincia de A Coruña, aunque el mundo online les abre las puertas de casas de toda España, pues envían a Madrid, el País Vasco, Andalucía o Barcelona. Especializados en especias sin gluten —«en el proceso de molienda y envasado se pueden contaminar»—, sus súper ventas son el comino, la cúrcuma y las especias para churrasco. «El comino en Galicia arrasa por los callos», comenta Jacobo, para explicar que en Galicia somos muy conservadores en la cocina, y no nos gusta eso de innovar y darle una oportunidad a nuevos sabores, de ahí que con las especias muchas veces pequemos de una prudencia excesiva. «Sin embargo, el comino siempre estuvo muy presente porque lo utilizaba la gente humilde para tapar el sabor de las tripas».

El pimentón podría ser su gran reclamo. Pero con este producto ocurre que, indica este emprendedor, «los productores de fuera vienen por aquí cuando es temporada alta y lo venden directamente a los restaurantes, así que eso nos complica un poco la tarea». Es uno de los hándicaps con los que se ha encontrado esta compañía que, sin embargo, tiene en las alianzas con otros negocios herculinos uno de sus grandes valores. «Hasta las cajas de cartón donde enviamos nuestras especias las hace una empresa de aquí», concluye.