Renombrada La Parrocha Dorada, inaugura una nueva etapa en Santa Cristina. Este clásico de la noche de los noventa es ahora una coctelería desenfadada que también ofrece cenas
30 may 2023 . Actualizado a las 17:16 h.«Make Santa Great Again». El controvertido lema trumpista cruza el charco para ser utilizado como reclamo de márketing en Oleiros. Santa Cristina fue punto de encuentro obligado de esas aves nocturnas que no descansan ni el domingo. Hace veinte años, el Goldenfish, Bambina o Chevalier eran el no va más para salir de fiesta. Pero todo cambió cuando la crisis del 2008 llamó a la puerta y los bolsillos empezaron a estar más holgados. Entre que muchos locales se vieron obligados a cerrar y que a las calles de Santa Cristina, a ciertas horas, las empezó a dominar el lumpen, la estampa pasó a ser completamente diferente y menos atractiva. Tanto, que el recién revalidado alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, advirtió que el concello, bajo su mandato, no volvería a ver discotecas en este enclave popular por tratarse de una zona tranquila.
Dicho y hecho, en pleno 2023 muchos de estos locales siguen vacíos —la mítica Chevalier busca dueño— y otros se reinventan para que la nostalgia capte esos clientes que, ya peinando canas, quieren revivir aquellas noches de frenesí. Es el caso del Goldenfish, que desde este martes vuelve a la escena de Santa Cristina reformulado como coctelería con picoteo. Renombrada La Parrocha Dorada, y situada en la arteria principal de Santa Cristina, Silver Roca, hijo del fundador, y su socio Pablo García estrenan un local que lleva dos lemas por bandera, el que alude al Partido Republicano de Estados Unidos y un claro y conciso «Santa is back». Y tanto que está de vuelta.
Con este revival son muchos los que añoran esa época de —mucho— vino y rosas en la que ni Pelícano, ni la Inn ni el Búnker estaban en activo. Entonces eran Punto 3, Osmik, Oh Coruña o Pachá la pachamama del ocio nocturno de A Coruña y su área. Pero ¿qué pasó con estos míticos locales?
Oh Coruña
En el 2021 abría el Pazo de la Peregrina, donde durante años estuvo la discoteca Oh Coruña, en Culleredo. El local se convirtió en un esqueleto de las noches de ron y Chayanne. Sus mejores años los vivió a finales de los noventa, pues con el nuevo milenio se reconvirtió en New Coruña y nada fue igual. Reconvertido en parrillada, vinoteca o pulpeira, es ahora cuando este espacio se encuentra en su etapa más serena. El lugar es ideal para tomar un mojito con calma a última hora de la tarde.
Pachá
Cuenta el redactor de La Voz Javier Becerra que, cuando esta discoteca abrió sus puertas, se agotaron los trajes en A Coruña. Era 1987 y el local pedía rigurosa etiqueta, con lo que entre los requisitos que demandaba y lo que se escuchaba desde Madrid, tenía todos los ingredientes para convertirse en la discoteca de moda, y así fue. Pese al éxito del que gozaba, a mediados de los novena se transformó en La Roca y ahí, ya en estado comatoso, apenas consiguió resistir unos años. Situado en As Xubias, hoy se encuentra en estado de abandono.
Osmik
El local que ahora ocupa el vanguardista hotel Noa, en Santa Cruz (Oleiros), fue durante años el hotel Maxi, que en los ochenta habitó a discoteca Osmik. Conocidas por muchas parejas de la época son las habitaciones de este hotel, precisamente por la comodidad de acabar la noche acompañado con todas las facilidades. El cierre definitivo del Maxi llegó en el año 2006.
C'assely
Los boomers de A Coruña echaron en C'assely sus primeros bailes. Justo donde años después tuvieron sus primeras citas en el Cine Equitativa y donde algunos llegaron a contraer matrimonio en lo que ahora es el Registro Civil. Este local llevaba las normas de vestimenta a rajatabla y sus adeptos solían ser niños bien de la ciudad.
Punto 3
Varias generaciones de coruñeses pasaron sus noches en Punto 3. Cerró en el 2015 y en esta sala bailaron padres e hijos, estos últimos sobre todo en fiestas de fin de curso o en las habituales rutas de fin de año. Situado en el centro de A Coruña, Punto 3 se alejaba del mainstream de la ciudad, apostando los fines de semana por el rock o el r&b.
La Real
Era el local de celebración oficial de guateques adolescentes de los estudiantes de Santa María del Mar o Compañía de María en los primeros noventa. Situado en La Marina, tampoco dejaban entrar en su garito con zapatillas. Era el competidor de Pachá tanto por música como por ambiente. Algunos de los asistentes a La Real recordarán la Fiesta del Cateado: se celebraba por la mañana un día de semana e invitaban a copas a quien llevase sus notas suspensas.