«Sin La Coruña no se puede transformar una sociedad tan atrasada como la gallega»: así se capitalizó el coruñesismo hace 40 años

VIVIR A CORUÑA

El 8 de junio de 1982 unos 150.000 ciudadanos de manifestaron en María Pita para reclamar que la capitalidad se quedase en A Coruña. Nacía así el coruñesismo
El 8 de junio de 1982 unos 150.000 ciudadanos de manifestaron en María Pita para reclamar que la capitalidad se quedase en A Coruña. Nacía así el coruñesismo ALBERTO MARTI VILLARDEFRANCOS

La pérdida de la capitalidad enfrentó a los herculinos con el resto de gallegos, y se utilizó desde diferentes partidos para arañar votos en los comicios municipales de 1983

23 abr 2023 . Actualizado a las 10:49 h.

Hace cinco años, el 8 de marzo marcó un antes y un después en coruñesas y coruñeses. Las 35.000 personas que se echaron ese día a la calle clamaban al unísono por una sociedad más justa e igualitaria para las mujeres. Entonces, parecía que nunca el centro de la ciudad había estado igual; si acaso alguno mencionó la histórica manifestación del Nunca Máis, pero solo los —las— más mayores se acordaron de otra gran marcha que acabaría teniendo como protagonista un 8M, en este caso, electoral.

En junio de 1982 hasta 150.000 ciudadanos se congregaron en la plaza de María Pita para reclamar lo que aún hoy algunos consideran que les pertenece: la capital de Galicia. La unión que podría haber hecho la fuerza solo hizo que se aupara a Francisco Vázquez como la autoridad que más defendió el coruñesismo, un sentimiento que acaparó todos los discursos de la campaña las elecciones municipales de 1983, de la que se cumplen ahora cuarenta años. 

Una vez se decidió que Santiago sería la sede del Gobierno de la Xunta y de sus Consellerías, y también donde estaría el Parlamento autonómico, la herida en A Coruña lejos de cicatrizar, supuró. En 1983 la fiesta de la democracia estaba aún arrancando, y esta era la segunda vez desde la muerte de Franco que los españoles se enfrentaban a unos comicios municipales. En la esquina noroeste peninsular se apeló como nunca a las emociones más primarias.

De las catorce papeletas que tuvieron a su disposición los coruñeses el 8 de mayo de aquel año, al menos tres tenían como eje central el localismo. Independientes en Defensa de La Coruña, Acción Coruñesa y La Coruña Unida hicieron del «y tú más», convertido en este caso en «y tú menos», la tónica habitual de los mítines del momento. Al entonces regidor, Joaquín López Menéndez, Acción Coruñesa le afeó que su coruñesismo era «de conveniencia», al tiempo que atacaba a los integrantes de Independientes en Defensa de La Coruña (IDC) por «capitanear un coruñesismo grotesco liderado por personas de pasado de ultraderecha». 

El trasvase de miembros entre agrupaciones fue una constante que apenas permitía ver el fondo más allá de la forma. De reciente creación, en muchos casos apenas se distinguían por la radicalidad de su postura en esto del coruñesismo, estando en el punto más álgido aquellos que se distanciaban de una postal gallega de conjunto y los que, aseguraban, solo defendían que A Coruña tenía que ser reconocida como la locomotora de Galicia. Entre tanto, el socialista Francisco Vázquez, que había predicado con hechos al abandonar la dirección de los socialistas gallegos, que no apoyaban que la capitalidad autonómica estuviese en A Coruña, consiguió el poder haciendo calar en el personal mensajes tan beligerantes como que «sin La Coruña es imposible plantearse la transformación de una sociedad tan atrasada como la gallega».

Que el coruñesismo sería «electoralmente rentable» lo adelantó Carlos Luis Rodríguez en una crónica publicada en La Voz el 27 de enero de 1983. Habló de esa «herida de la capitalidad» como un rasgo del independentismo herculino que lo diferenciaba de cualquiera que pudiera brotar en Vigo, Lugo o Pontevedra. Un rasgo, asimismo, que no por particular justificaba ese punto chauvinista que lucían entonces muchos ciudadanos. Lo que aquel invierno era solo una hipótesis dio como resultado, cuatro meses después, la mayoría absoluta a un Francisco Vázquez, que se quedó en el cargo hasta el 2006. De las fuerzas políticas independientes solo La Coruña Unida consiguió representación, con cinco concejales, recaudando el resto de opciones menos del 2 % de los votos.