Un menú del día en el restaurante peor valorado de TripAdvisor en A Coruña, ¿es tan malo como dicen?

VIVIR A CORUÑA

A Taberna do Pulpo, en A Galera, recibe críticas atroces en esta plataforma. Pero, ¿hay que creerse todo lo que se dice en esta web? Lo comprobamos

23 mar 2023 . Actualizado a las 13:23 h.

TripAdvisor lleva años dictando sentencia. Los ránkings de esta plataforma son palabrita del Niño Jesús para infinidad de parejas y grupos de amigos a la hora de elegir restaurante, beneficiando a los mejor posicionados y, desde luego, dejando en el ostracismo a un sinfín de casas de comidas. En el 2019 el local valenciano Marina Beach Club se plantó y llevó a juicio a este portal estadounidense por no controlar las opiniones negativas y, más importante, por no permitirle desaparecer de esta red. La huella digital pone en jaque la reputación de no pocos restaurantes, y cada vez son más los cocineros que huyen del «que hablen de mí aunque sea mal». Si a esto se le añade que hay chefs que reconocen que el portal les invita a pagar para escalar posiciones, este cóctel se convierte en una bomba de relojería.

En A Coruña es A Taberna do Pulpo el que ocupa la última posición de este ránking. Los comentarios son demoledores: de «el peor restaurante del mundo» a «comida pésima» pasando por «una vez y nunca más». La Voz fue a probar el menú de este restaurante de la calle Galera, en pleno centro de la ciudad, para comprobar qué hay de cierto en tanta crítica. Spoiler: el anonimato da unas agallas, a veces, innecesarias. 

A las 14.30 horas del pasado miércoles, el local tendría unas cinco o seis mesas ocupadas de la veintena que dispone el local, a lo que hay que sumar un par de carteles de «reservado». Los clientes de este mesón tradicional eran en su mayoría turistas extranjeros, y también había algún comensal, trabajador de la zona, haciendo un descanso para comer. Casi todos se decantaron por el menú del día, aunque al tratarse de una pulpeira, está claro cuál es la estrella del rock de este restaurante, así que había que probar ambas cosas.

El menú cuesta 8,90 euros. Es decir, hay que partir de la base de que tampoco se le pueden pedir peras al olmo. La calidad de los platos irá en relación a dos platos, bebida y postre que cuestan menos de 10 euros, algo prácticamente imposible de encontrar en la actualidad, y menos en el centro. Aparece el camarero y pedimos. Por un lado, vieira, albóndigas con patatas y tarta de almendra; por otro, tortilla con ensalada, merluza a la romana y tarta tres chocolates. A esto le sumamos una ración de pulpo para compartir.

La comida no tarda ni cinco minutos en aparecer en la mesa. Muy bien para aquellos que tengan prisa y mala señal si uno esperaba que los platos estuviesen recién hechos. Empezamos la cata:

  • Pulpo á feiraen TripAdvisor lo ponen pingando y es cierto que cualquier gallego habrá comido raciones mejores. Pero, realmente, salva los muebles, sobre todo para aquellos que no tienen referencias de esta elaboración gallega, como pueda ser el caso de los foráneos. Estaba duro y cortado bastante fino. En su favor diremos que, para quien le guste, iba cargado de aceite perfecto para mojar el pan y que también tenía un buen punto de pimentón. La ración, algo escasa, costaba 11,80 euros.

  • Vieira: la apariencia asusta por su color, que recuerda al de una fruta tropical. El aroma es inexistente, y el gusto cabalga entre la nada, la arena y lo que parece ser una especie de bechamel con caldo de pescado, lo que los expertos llaman velouté. Aquí los usuarios de TripAdvisor tienen razón: «Las vieiras, cocinadas en una especie de salsa de calabaza, podrían haber sido palitos de pescado», dice una crítica.

  • Tortilla: estilo mazacote y sin cebolla, es cierto, también es verdad que de sabor estaba bastante equilibrada. De este plato lo mejor fue la guarnición, una ensalada con lechuga, tomate y cebolla con verdura muy a la altura.
  • Albóndigas: las patatas fritas que la acompañan son lo mejor del plato, la salsa que las acompaña es pasable, pero el regusto a carne que dejan hace dudar de su origen. Sin embargo, si se tiene gusa, se terminan.   
  • Merluza a la romana: pescado mediocre y rebozado chicloso y que soltaba bastante aceite. Hace su papel para esos días que no hay tiempo para escoger y lo importante es llenar el estómago para tener energía. El tamaño era generoso, como la cantidad de patatas que acompañan el plato, aunque apenas tenían sabor y estaban muy blandas.
  • Tarta tres chocolatesni sí ni no ni todo lo contrario. ¿Estaba mala? No. ¿Estaba rica? Tampoco. Le faltaba potencia pero estaba cremosa, y acompañando un café hace el apaño.
  • Tarta de almendra: la porción sorprende por su tamaño, que recuerda a un quesito del Trivial. No obstante, suficiente por lo que cuesta el menú. El sabor es adecuado, aunque más abizcochado que almendrado. Una proporción que aboca la textura a una tierra de secano. 

La cuenta final de este menú, con dos bebidas incluidas, salió por 30 euros, 15 por barba. Caro para lo que se ofrece pero ni de lejos tan lamentable como dictan la mayoría de juicios de TripAdvisor. Este local probablemente no sea el mejor para disfrutar de las bondades de la gastronomía gallega, pero sí soluciona la papeleta para ver todo tipo de deportes en sus pantallas grandes —acumulan fieles del deporte a diario— y para tomarse unas cañas o unas copas si se tiene poco presupuesto. De hecho, son muchos los jóvenes que empiezan la noche en esta taberna.