Tapas clásicas de A Coruña perfectas para superar el cierre de A Troula, el mítico cocodrilo de la Barrera
VIVIR A CORUÑA

Esta zona se lleva la palma aglutinando pinchos que solo puedes comer en esta ciudad. Pero hay locales repartidos por toda urbe que son únicos en su especie
03 feb 2023 . Actualizado a las 15:47 h.Manuel Cuñarro le comentó en el 2018 a La Voz que a la gente le gusta que las cosas se sigan haciendo igual con el paso de los años. Y algo de razón debe de tener porque pese a la oleada vanguardista que ha sacudido la cocina local, son esos platos sencillos (y algunos llenos de fritanga) los que se clavan en la memoria y en el estómago. Y por los que se hacen colas sin parangón. El fundador del Emporio de los Sándwiches creó escuela en la ciudad con su fórmula inédita: unos bocados a caballo entre un sándwich, una pizza y una tosta. Este local lleva más de medio siglo llenando el buche de vecinos de diferentes barrios y, de momento, no tiene planes de echar el cierre.
Respiran tranquilos sus clientes, a diferencia de los de A Troula, otro establecimiento de esos de toda la vida que dice adiós por motivos de salud de sus dueños. Con esta despedida se van también sus míticos cocodrilos, esos pinchos de ternera con patatas que, para muchos, son únicos en su especie. Suerte que tienen una primo hermano a escasos metros.

La calle de la Barrera, además de ser un hervidero de gente cada fin de semana, tiene algunos de los locales de hostelería más míticos de la historia reciente de la ciudad. Es el caso de la tasca Tarabelo, que se mantiene prácticamente igual que cuando nació hace más de 30 años, tanto en trato como en estética. Y lo mismo sucede con su carta, que sigue conquistando todo tipo de paladares sin que el paso del tiempo haga mella. Su filete empanado con patatas fritas, todo atravesado por un palillo, es perfecto acompañado de una caña. Con precios prácticamente imposibles de encontrar en la ciudad, se puede completar con una tapita de berberechos, otro gran icono de este local.

Apenas hay que moverse para conseguir el carné de CTV, pues basta con cruzar al local de enfrente, donde los calamares del Surrey son —y aunque sea difícil casi hay consenso— inigualables. Y para rematar la faena en esta arteria, si la cosa va de tapas clásicas, lo mejor es acercarse (literalmente, porque también está a escasos metros de distancia) a O Corno para probar los corniños, bocadillos en forma de U de setas con alioli, atún con tomate, de jamón o de calamares. Su precio no alcanza los 3 euros.
Al lado, en la Galera, los tigres rabiosos de Os Tigres y el croquetón de La Bombilla marcaron durante años la batuta del tapeo, sobre todo para aquellos que no querían dejarse un riñón en salir a cenar. Ahora, convertidos en emblemas culinarios de la ciudad, muchos combinan estos pinchos con algunas de las propuestas fusión que ofrece esa calle, también en formato mini. María, propietaria de Os Tigres reconoce que el tirón de sus famosos mejillones picantes no ha descendido, y que un viernes o un sábado pueden sacar hasta 600 unidades. La Bombilla, por su parte, arrasa entre quienes peinan canas y esos jóvenes que se sientan en portales a comer el croquetón y, ojo, su mítica milanesa. Estas tapas están en la actualidad a 1,50 euros.

Imposible hablar de clásicos de la cocina herculina sin mencionar el rey de las tapas, con permiso de la tortilla de Betanzos, el tequeño. El local homónimo, en María Pita, es una visita obligada para turistas y para locales los días de concierto la plaza principal de la ciudad. Además de esta masa frita rellena de queso tienen el pasticho, una tapa que todos han visto en su carta y cuyo contenido es, para muchos, un misterio. En este caso los precios suben un poco, y las tapas cuestan 2,20 euros.
Recomendamos:
Aunque no son tapas exclusivas de A Coruña, sí son indispensables de la gastronomía local. El huevo frito de cortesía que ofrecen los jueves de Casa Ponte porque nunca es mal momento para mojar pan, y más si es por la gorra. También es obligatorio pasarse por el Tanagra para tomarse una reconfortante cunca de caldo gallego por 4 euros. Este tan céntrico como escondido local es famoso por sus cocidos y por hacer uno de los mejores potajes de la ciudad.