Organizada por la Falange y con el «rey negro portando carbón»: así fue la primera cabalgata de Reyes de A Coruña

VIVIR A CORUÑA

María Pedreda

La ciudad recibió la llegada de sus majestades de Oriente por primera vez en plena Guerra Civil

04 ene 2023 . Actualizado a las 12:47 h.

Solo unas semanas antes de que se constituyese en España el primer Gobierno de la España franquista, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS utilizó en A Coruña un binomio que es un arma infalible para remover conciencias y corazones: los niños y la Navidad. Las juventudes de este movimiento fascista se sumaron en 1938 a una iniciativa oriunda de Alcoy, y que comenzaba a extenderse en otras ciudades del país: la cabalgata de reyes

Era la primera vez que la ciudad herculina recibía a sus majestades de Oriente; pero no así Galicia, pues en 1909 la Liga de Amigos de Santiago ya había homenajeado a Melchor, Gaspar y Baltasar con un éxito notable que quedó, hasta tiempo después, como una anécdota. 

Los medios de la época se hicieron eco del que era uno de los primeros acontecimientos del año, sobre todo por el carácter lacrimógeno, en un momento de total ruptura social, que imprimía la performance. La España más tradicional y religiosa comenzaba a festejar la Epifanía como nunca se ha llegado a replicar en ningún país de fe católica y, como en la actualidad, el protagonismo se lo llevaron los más pequeños. «Nos comunican los emisarios de los Reyes Magos que traerán juguetes en suficiente cantidad, para que todos los niños de La Coruña reciban su regalo. Todos los niños de la España Nacional son merecedores de atención y cariño», comunicó el 4 de enero el ya caudillo Francisco Franco. Que además invitó a sus majestades a darse un paseo por «la España liberada».

En 1938 aún faltaba una ristra de años para que Manuela Carmena se ganase el odio de madrileños como Cayetana Álvarez de Toledo, que prometió no perdonarle jamás el lavado de cara, en algún caso literal, de la cabalgata más relevante del país. La entonces alcaldesa de la ciudad del Oso y el Madroño dio carpetazo a la presencia de camellos, a las alusiones a Jesús y al blackface de concejales incorporando lo que, para muchos, fue un escándalo: un Baltasar negro. 

De tintes racistas está repleta la hemeroteca si se habla de cabalgatas. Y la primera de A Coruña no fue una excepción. Para describir a sus majestades, que verían por primera vez tantas familias herculinas, se hablaba de la «apariencia venerable» de Melchor, el «semblante risueño» de Gaspar y «la negra tez portadora de carbón de Baltasar, que este año convirtió el castigo para los niños malos en juguetes».

El desfile pasó por la Grande Obra de Atocha, el Hospicio Provincial, los Comedores de la calle Sol o el Hogar de Santa Margarita, donde se entregaron regalos para los menores necesitados que fueron donados días antes por cientos de coruñeses. La carestía imponía su ley, pero ya imperaba la idea en muchas familias de agasajar a los más pequeños con una golosina o detalle de escaso valor la mañana del 6 de enero, si se habían portado bien durante el año y dejaban sus zapatos en la puerta o en el alféizar de la ventana.