¿Podría A Coruña ser una ciudad libre de humos?

VIVIR A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Aunque en Galicia han existido y existen medidas antitabaco más restrictivas de las que hay en muchas zonas del país, lya sin restricciones anticovid, las terrazas han vuelto a llenarse de humo

31 may 2023 . Actualizado a las 11:34 h.

Basta con dar un paseo por A Coruña para comprobar que el tabaco está lejos de ser un hábito del pasado. Las terrazas vuelven a llenarse de humo, y pese a que durante un tiempo se extendió la idea de que no se podría volver a fumar tomando un café en Galicia, el Sergas confirma que esta restricción formaba parte del paquete de medidas anticovid y que no hay ninguna vigente. Según la radiografía que dejan los datos más actualizados de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en la provincia de A Coruña fuman 171.216 personas habitualmente y 22.506 lo hacen de forma ocasional. Esto representa al 17 % de la población, un 3 % menos que hace diez años. El perfil que más se repite con un pitillo en la boca es el de un hombre de entre 35 y 44 años que fuma entre 10 y 20 cigarrillos (más de medio paquete). 

Esta imagen cuesta mucho más encontrarla entre los jóvenes, pues como explica Rosa Trillo, técnica de prevención y psicóloga de la sede de A Coruña de la AECC, «eran pequeños cuando llegó la ley antitabaco, pero son más conscientes de los riesgos que acarrea fumar y, sobre todo, han dejado de otorgarle al tabaco valores sociales positivos». En la provincia fuman menos de 10.000 jóvenes entre los 15 y los 24 años, y la tasa podría ser cercana a cero en unos años si se implantase en España una norma similar a la que autorizó Nueva Zelanda el pasado año. Allí los niños nacidos a partir del 2009 tendrán prohibida la compra de tabaco.

 

Lejos aún de esta estampa, lo cierto es que en la esquina noroeste peninsular se han tomado medidas que hace años serían impensables para acabar con la lacra del tabaco. Tomando como punto de inflexión el 2006, cuando el Gobierno de Zapatero impuso que los centros de trabajo, restaurantes y bares serían espacios sin humo, las tornas fueron cambiando paulatinamente para los fumadores. En Galicia tuvo que llegar el covid para que las terrazas se librasen de colillas y estos adictos fuesen incluso señalados con el dedo acusador y, concretamente en la ciudad de A Coruña, el pasado abril el Dépor prohibió fumar en el estadio de Riazor. Así las cosas, y con los coruñeses yendo a la zaga del consumo de tabaco que tiene la media nacional, el carácter eminentemente ocioso de los herculinos favorece que florezcan los —indica Rosa Trillo— «mal llamados fumadores sociales». «El tabaco está muy asociado al ocio y al consumo de alcohol, y aquí nos gusta mucho estar fuera de casa tomando algo; hay consenso entre los profesionales en que aunque fumes un pitillo al día o a la semana, eres fumador. Además hay gente que puede mantenerse así, pero lo habitual es que se incremente su consumo y se acabe extendiendo a otras esferas de la vida».

 

De la vida en la calle, o más particularmente en los bares, sabe y mucho Héctor Cañete, hostelero y presidente de la Asociación Provincial de Hostelería. Este experto considera que A Coruña estaría preparada para asumir el veto al tabaco, aunque a corto plazo, muchos propietarios de bares y restaurantes saldrían perjudicados. «Cuando se prohibió fumar en interiores se perdió dinero, pero luego todo volvió a la normalidad; si se prohibiese fumar en terrazas [normativa en la que, por cierto, ya trabaja Cataluña] al principio nos pasaría factura porque, no nos engañemos, hay mucha gente que baja a tomar el café para fumarse un cigarro o que está a gusto en una terraza fumando y alarga las copas», comenta. Aunque es partidario de este tipo de preceptos, sí pediría que se responsabilizase del incumplimiento de la ley al fumador, y no al dueño de la terraza, «como ocurrió en la época de pandemia». Trillo apunta que hay que ser firmes a la hora de implantar medidas contundentes porque, en el largo plazo, se ven los beneficios. «Normalmente los fumadores sienten restringida su libertad y los hosteleros temen por sus negocios, pero hay que ver más allá; pensemos por ejemplo en los niños, ellos no eligen a dónde van y son fumadores pasivos constantemente».

 

A la cruzada antitabaco algunos saben sacarle tajada. Defendido por muchos como el método idóneo para dejar de fumar, para algunos es también el sustituto natural del pitillo en espacios cerrados. La legislación no ha dicho nada aún sobre el vapeo y, en A Coruña, ya son decenas las tiendas especializadas en estos inhaladores. Trillo se manifiesta completamente en contra de estos cigarrillos electrónicos. «Tanto la AECC como los organismos públicos tienen claro que los vapeadores no son inocuos ni la solución para abandonar el tabaco porque tienen nicotina y sustancias que pueden producir cáncer. Últimamente se está poniendo muy de moda entre los jóvenes, que huyen del tabaco y, sin embargo, sí les interesan estos inhaladores, y es un problema».

Todas las personas fumadoras que quieran dejar el tabaco pueden participar, de forma gratuita en grupos de deshabituación en la sede que la Asociación Española Contra el Cáncer tiene en A Coruña, en la calle Real. La tasa de éxito es del 60 % y los interesados pueden pedir información en este teléfono: 900 100 036.