Los políticos cuestan 4 millones

Alejandro Gándara A CORUÑA / LA VOZ

VILASANTAR

A cada vecino le supone 14,2 euros al año el gasto medio de los concejales

10 ago 2015 . Actualizado a las 11:57 h.

Más de 3,7 millones de euros. Ese es el coste político anual de los 20 ayuntamientos del área metropolitana de A Coruña, incluyendo la gran ciudad. Una cifra que incluye el gasto en asesores y el pago a partidos, además de las nóminas políticas, y de la que se han quedado fuera, por ser variables, las indemnizaciones por asistencia a los plenos que normalmente cobran los concejales sin dedicación. Así, se puede incluso afirmar que el gasto real supera los cuatro millones. De este total el Ayuntamiento de A Coruña se lleva 1.440.000 euros que no parecen tantos si se ponen en relación al censo, clasificación en la que se muestra como uno de los más baratos con una relación de 5,8 euros por habitante, muy lejos de la media total per cápita, de 14,2 euros. También alejado de esta cifra, aunque en la dirección opuesta, se encuentra Vilasantar, donde solo cobra el alcalde. Allí la relación es de 30,1 euros por habitante debido a la escasez de población.

En la lista siguen los municipios más grandes del área. Es el caso de Oleiros, que con 517.000 euros se sitúa segundo lugar, un coste que destaca por ser superior al de ayuntamientos de tamaño semejante como Arteixo (366.140 euros), o Culleredo (211.520). La gran diferencia entre estos está marcada por el número de asesores, un personal eventual que en Oleiros asciende a siete cargos que suponen un desembolso de 157.000 euros anuales a las arcas municipales, aunque según el Concello «de momento» no se cubrirán todos esos puestos. Un municipio donde también se encuentra el alcalde mejor pagado del área, Ángel García Seoane, con 54.000 euros brutos anuales.

Los más baratos

Pero también hay ayuntamientos que salen más baratos, como Coirós, donde nadie percibe retribución alguna salvo los 98 euros por asistencia a los plenos. Y es que su alcalde, el popular Francisco Quintela, se encuentra cobrando una pensión de jubilación. Incluso hay otros que no cuestan absolutamente nada, como Miño, cuya convulsa coyuntura política ha dado lugar a una rocambolesca situación en la que nadie cobra, ni siquiera por asistencia. Algo extraño, pero que quizás sea lo más apropiado en un ayuntamiento con una deuda de 21 millones de euros, cinco veces el presupuesto anual.

En cuanto al dato que falta por contabilizar, las indemnizaciones por asistencia, no suelen alcanzar cifras muy altas aunque hay algunas excepciones. La más llamativa es la de Betanzos, que a pesar de ser un municipio relativamente pequeño ofrece a sus concejales sin retribución fija 250 euros brutos por cada pleno, que tiene una periodicidad mensual, y que en este caso supone una partida importante para las arcas del ayuntamiento brigantino.

En Coirós, el alcalde y los ediles del gobierno no tienen sueldo

El pago a los partidos, la aportación menos conocida por los ciudadanos

Las cuotas destinadas a los partidos son el gasto más desconocido de los presupuestos municipales entre los ciudadanos, y desde luego el menos común, ya que solo se produce en seis de los veinte municipios, concretamente en A Coruña, Arteixo, Betanzos, Bergondo, Culleredo y Vilasantar. Normalmente, estos pagos incluyen una cantidad fija que se paga a las organizaciones políticas junto con un plus por cada concejal elegido.

A Coruña es la que lidera este gasto, reservando 450 euros mensuales por partido más 300 por concejal, dando un total de 110.00 euros anuales. Betanzos, con apenas 13.000 habitantes, reserva 55.000 euros anuales para estos pagos, la mitad que en María Pita. Una situación que se viene repitiendo durante los últimos mandatos y que desató la polémica durante las negociaciones que tuvieron lugar tras las pasadas elecciones, cuando Betanzos Novo pidió, sin éxito, que estas retribuciones, que suponen la cuarta parte del gasto total del Ayuntamiento para con los políticos, fuesen reducidas.

Opacidad

Este tipo de gastos en los concellos, al igual que las retribuciones del personal eventual, no suelen contabilizarse en la información que los municipios hacen pública a los ciudadanos, a pesar de que son un gasto claramente político y debería ser contabilizado como tal en las listas de gastos de los consistorios.