Los exalcaldes de la comarca de A Coruña evocan su pasado entre tomates, paseos, lecturas y la familia

Loreto Silvoso
LORETO SILVOSO A CORUÑA

SADA

Apelando a uno de sus famosos eslóganes electorales, «la huerta de Moncho en Sada es una pasada», a tenor de lo fructífera que resulta su tierra según la confesión realizada por el propio Ramón Rodríguez Ares para este reportaje. Ahí es donde se entretiene el que fue, durante 28 años, alcalde de la perla mariñana. Moncho se mantiene ocupado plantando cebollas, tomates, lechugas y cualquier fruto de temporada que se tercie. También hace vino y cuida de los árboles de su finca.
Apelando a uno de sus famosos eslóganes electorales, «la huerta de Moncho en Sada es una pasada», a tenor de lo fructífera que resulta su tierra según la confesión realizada por el propio Ramón Rodríguez Ares para este reportaje. Ahí es donde se entretiene el que fue, durante 28 años, alcalde de la perla mariñana. Moncho se mantiene ocupado plantando cebollas, tomates, lechugas y cualquier fruto de temporada que se tercie. También hace vino y cuida de los árboles de su finca. Miguel Fernández

«Cuando voy a tomar un café, me acabo tomando dos, porque siempre me invitan», confiesa Tonecho Varela. Recibir el cariño de los vecinos es su máximo orgullo. Sacristán se pasó la pandemia ayudándoles a resolver problemas. Faraldo y Mouriño siguen en activo, Pose está a sus caballos y Moncho a sus tomates

04 feb 2022 . Actualizado a las 21:01 h.

El que ha madrugado toda su vida, madrugando seguirá aunque se jubile del oficio más estresante que existe: el de alcalde de un municipio pequeño. Seis históricos ex regidores de la comarca coruñesa, Tonecho Varela (Cambre), Julio Sacristán (Culleredo), Manuel Pose (Arteixo), María Faraldo (Betanzos), Jose Luis Fernández Mouriño (Carral) y Moncho Ares (Sada) siguen amaneciendo a la misma hora que lo hacían cuando presidían plenos y juntas de gobierno. El caso más entendible es el de Faraldo, que sigue en activo, y el de Mouriño: a las seis menos cuarto de la mañana ya está en pie. Cierto es que, a los 59 años, todavía no se ha jubilado de panadero y tiene una pequeña fábrica de harina de trigo del país. En sus ratos libres cuida de sus ovejas, cabras y conejos en su finca de Carral.

Apelando a uno de sus famosos eslóganes electorales, «la huerta de Moncho en Sada es una pasada», a tenor de lo fructífera que resulta su tierra según la confesión realizada por el propio Ramón Rodríguez Ares para este reportaje. Ahí es donde se entretiene el que fue, durante 28 años, alcalde de la perla mariñana. Moncho se mantiene ocupado plantando cebollas, tomates, lechugas y cualquier fruto de temporada que se tercie. También hace vino y cuida de los árboles de su finca.
Apelando a uno de sus famosos eslóganes electorales, «la huerta de Moncho en Sada es una pasada», a tenor de lo fructífera que resulta su tierra según la confesión realizada por el propio Ramón Rodríguez Ares para este reportaje. Ahí es donde se entretiene el que fue, durante 28 años, alcalde de la perla mariñana. Moncho se mantiene ocupado plantando cebollas, tomates, lechugas y cualquier fruto de temporada que se tercie. También hace vino y cuida de los árboles de su finca. Miguel Fernández

Manuel Pose no necesita el despertador para abrir los ojos a las siete en punto. Sigue con sus caballos, viaja siempre que puede y le echa un ojo a su querida Aluman, que ya dirige su hijo.

El monchismo sigue vivo en la huerta del exalcalde de Sada. Si vas por allí, es probable que te caiga una cesta de tomates y lechugas. Rodríguez Ares, que se levanta «a las ocho o antes» pasa los días «plantando cebollas y cuidando los árboles y las parras, que también hago vino», afirma. «Estas son las cosas que me entretienen pero, desde que falleció mi mujer, por la tarde-noche estoy solo y no se me pasa el tiempo».

Con el periódico, un paseo, la compra y ayudar a su mujer Isabel a hacer la comida echa la mañana Tonecho Varela (73 años). Luego cuida la finca y le da la vida su nieto. Recuperar la vida familiar es otro logro de exalcalde.

«Me ocupo de las sanciones del covid. Pusimos alguna multa de 9.000 euros»

María Faraldo continúa con su labor en Sanidade.
María Faraldo continúa con su labor en Sanidade. MARCOS MÍGUEZ

Médica de profesión, María Faraldo se incorporó a su puesto de trabajo en la jefatura territorial de Sanidade, en la calle Durán Loriga de A Coruña, nada más dejar la alcaldía de Betanzos. Como es lógico, la pandemia pasó a ser el asunto central de su trabajo diario: «Llevo dos años trabajando con el tema del covid. Me puse en marzo del 2020, cuanto todo empezó, porque era lo más importante en ese momento, aunque soy la jefa del servicio de calidad. Durante este tiempo, también me ocupé mucho de la parte de los expedientes sancionadores por los incumplimientos. Pusimos alguna multa de 9.000 euros. No puedo contar más por la confidencialidad de los datos, pero me gustaría que se conociese quién es el personaje. La verdad es que pusimos alguna multa gorda, sí», explica Faraldo.

Qué le dicen por la calle

«Hay una frase que me dicen a veces por la calle. Detrás vendrá quien bueno te hará. A mí se me criticó mucho por tonterías, por las terrazas del Campo, que si la gente tropezaba con el adoquín. Yo hacía la obra y se me criticaba porque algo había quedado mal. Ahora, como ya no se hacen obras, pues ya no se critica», confiesa María, a quien sigue interesando mucho la política. «Estoy informada, leo el periódico, veo los telediarios, algún artículo de opinión tanto en los digitales como en los no digitales. Esto lo llevas dentro, pero el gusanillo de dedicarme a la política no lo tengo. Veo que este mundo está lleno de personas cuyo único objetivo es permanecer en política».

De alcalde-panadero a pastor de ovejas

Tonecho de Cambre: «Cuido un poco la finca, leo y paseo».
Tonecho de Cambre: «Cuido un poco la finca, leo y paseo». EDUARDO PEREZ

Treinta y dos años estuvo Tonecho Varela de alcalde de Cambre; dieciséis Jose Luis Mouriño como primer edil de Carral; y tres mandatos fue regidor de Arteixo Manuel Pose. Pues bien, ninguno de los tres echa de menos en absoluto el bastón de mando. Ahora ven los toros desde la barrera y con el poso y la experiencia que dan los años y las vidas, dicen ser más felices y estar más relajados. El teléfono móvil sigue sonando con frecuencia, pero ya no con la urgencia de antes.

Antonio Varela Saavedra (73 años) entró en la jubilación a la vez que abandonaba la gestión pública. «Cuando me jubilé, lo dejé todo y no quise saber nada de la política. No la echo en falta. Fueron muchos años. Ahora me gusta ver que las cosas se van haciendo», afirma. Con quien habla a menudo es con el triunvirato Sacristán-Gelo-Santiso. «Seguimos viéndonos de vez en cuando», reconoce.

Con la pandemia, Tonecho ha tenido que dejar de ir a nadar todos las mañanas como solía hacer a diario: «Ando por casa, cuido la finca lo que puedo, leo y poco más. Estoy un poco aburrido pero, como todo el mundo, ¿no? Es que estamos todos igual, seamos jubilados o no». Su plan diario suena a día perfecto. Lee hasta las once de la mañana y después baja a tomar un café con algún amigo, con su hermano o con Isabel, su mujer, que también está jubilada. Toman un café, van a hacer la compra y se ponen juntos a hacer la comida, porque Tonecho a-se-gu-ra que le gusta cocinar. Luego está su nieto, que es lo que le da la vida y ahí volvemos al idílico planning por el que firmaría cualquiera. Se pasa la tarde leyendo, mira algún documental de animales y se acuesta temprano, casi a nivel de horario infantil. Cena sobre las nueve y a las diez y media en cama.

La granja de Mouriño

Mouriño, Carral: «Tengo ovejas, cabras, conejos y gallinas».
Mouriño, Carral: «Tengo ovejas, cabras, conejos y gallinas». MARCOS MÍGUEZ

El exalcalde de Carral no necesita documentales de animales. Le basta con sacar el rebaño a pastar. Y es que Mouriño se ha reconvertido. De panadero ha transmutado en pastor. Aunque sigue trabajando de lo primero, los animales han pasado a ocupar buena parte de sus ratos libres. Es tal la cantidad de bichería que tiene en su «finquita cerca de Carral» que se pone a enumerarla y no termina. «Durante la pandemia se me dio por empezar a cuidar de unas cabritillas y ahora ya tengo casi de todo: cabras, ovejas, conejos, gallinas… Yo, en las horas libres, me entretengo con mis animalitos». La declaración en modo zen se acaba cuando le preguntamos cómo está Carral. «Veo mucha inoperancia», especifica. «Me duele ver cómo se pelean unos y otros en el Ayuntamiento en vez de estar solucionando los problemas de Carral. Están más pendientes de ver quien lleva los méritos que de sacar adelante los proyectos. Hay una parálisis total», dice como concejal de la oposición. ¿Repetirá como candidato? «No lo sé. Soy tan disciplinado en temas de partido que, si me dicen de presentarme y me siento capaz, a su disposición estaré».

Manuel Pose, Arteixo: «Le dedico bastante tiempo a mis caballos y, de vez en cuando, me acerco por la empresa». En la foto, con su nieta pequeña.
Manuel Pose, Arteixo: «Le dedico bastante tiempo a mis caballos y, de vez en cuando, me acerco por la empresa». En la foto, con su nieta pequeña.

Quien sí tiene claro que nunca volverá a beber de esa agua es Manuel Pose (76 años). Desligado de la política, el exalcalde de Arteixo se acerca «de vez en cuando por la empresa [fue el fundador del grupo Aluman], porque me gusta ver cómo van las cosas, pero lo que es trabajar lo tengo todo ya delegado [su hijo, Manuel Ángel Pose Palleiro, es el director general de la compañía desde el año 2010]». Ahora, con más tiempo libre y menos preocupaciones, dedica sus días a la familia, a sus amados caballos y a viajar. A Arteixo lo ve «muy pujante y creciendo en todo». 

Sacristán: «He dedicado este año a recuperar mi salud»

A Julio Sacristán le ha tocado este año escribir el capítulo más duro de su vida: «Hace un año me detectaron un cáncer de pulmón y he estado durante los últimos meses a tratamiento, tanto de quimio como de radioterapia», confiesa el exalcalde de Culleredo. «He dedicado este año a recuperar mi salud y quiero agradecer a todos los doctores y a todo el personal que trabaja en el Servicio Galego de Saúde el estupendo trato que me han dispensado. Su trabajo es impagable», añade, emocionado. Dice el histórico regidor socialista que ahora se encuentra bastante bien, que ha procurado hacer vida normal, siguiendo el consejo de sus médicos y que espera saber en breve si ya ha superado la situación o le tienen que dar algún tratamiento más. «En este tiempo ha habido momentos malos, pero ahora estoy contento porque me encuentro francamente bien», asegura.

Además de ayudar a vecinos en apuros, Julio también echa las horas en su huerta mientras intenta recopilar datos de su etapa como alcalde. Y es que el veterano político se plantea escribir unas memorias en las que tendría que salir, de manera obligada, el paseo marítimo de O Burgo que él impulsó como primer edil.