La pasarela flotante de la playa de As Delicias de Sada no volverá a la arena

amara fontao / a. a. SADA / LA VOZ

SADA

La pasarela instalada en As Delicias, en una fotografía de archivo
La pasarela instalada en As Delicias, en una fotografía de archivo ANGEL MANSO

El motivo es su elevado coste, de 20.000 euros, unido a la falta de uso

23 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Continuarán, como es habitual, las pasarelas de madera de la playa de As Delicias, que nacen de las entradas al arenal desde el paseo marítimo, sin llegar al agua. Sin embargo, la pasarela flotante, de 100 metros de longitud y de material plástico, no volverá al arenal. Esta se instaló en julio del 2018, con la intención de que sadenses y visitantes pudiesen llegar a la ría evitando el fango. Pero, tal y cómo explica el alcalde de Sada, Benito Portela, «nin sequera con esta instalación era posible bañarse estando a marea baixa».

En la pasada legislatura, el PSOE municipal llevaba la cartera de playas. Por tanto, la iniciativa de la pasarela de As delicias, que no seduce a Sadamaioría, fue de esa formación.

La instalación acuática solo funcionó durante cuatro meses: en julio y agosto de los años 2017 y 2019. La estancia fue breve, pero «muy costosa» para las arcas municipales, según Portela. El primer verano el alquiler de la pasarela flotante fue elevado, pero no tanto como el del segundo, cuando el precio ascendió hasta los 20.000 euros por los dos meses que permanecía a disposición del público.

Además, la plataforma tenía otro inconveniente: no era adecuada para las sillas anfibias, que pueden usar las personas con movilidad reducida para disfrutar del arenal y del agua.

El alcalde de Sada explica que se preocupó «de que as cadeiras anfibias estean á vista ao carón do posto de socorrismo, para que a xente que as queira usar saiba que están ao seu dispor».

Este servicio también está disponible en otras playas, como la de Cirro en la parroquia de Veigue. Los encargados del empleo de las sillas anfibias son los trabajadores de los servicios municipales de salvamento. Sin embargo, la sanitaria del puesto de socorrismo situado junto al parque de las piedras, explica que no se llegaron a usar ni una sola vez este verano. «Hai persoas que se achegan a preguntarnos polas cadeiras anfibias, pero ao final ningún se animou a empregalas. Tampouco acompañou o tempo para que se fixese máis uso delas», dice desde el puesto.

El problema del fango

La dificultad para bañarse en la playa de As Delicias que intentaba solucionar la pasarela, es una de las muchas problemáticas - sociales y medioambientales- causadas por el fango. Y la solución no se presenta fácil.

«O proxecto de recheo foi paralizado por un recurso dos ecoloxistas», explica Benito Portela, «será o Ministerio de Medio Ambiente, que ten competencia nesta materia, quen valore se hai algún tipo de alternativa». El edil también quiso recordar que el estado actual de la playa Nova y de la de As Delicias fue causada precisamente por la acción del ser humano.

La playa de As Delicias fue señalada hace un año por Ecoloxistas en Acción, quienes le «concedieron» una bandera negra por la pérdida de biodiversidad del arenal. Sin embargo, en relación a la calidad del agua de baño de las playas, Portela señala que «todas as analíticas melloraron nos últimos anos».

Las piscinas de O Castro

A diferencia de la pasarela flotante, un lugar para el baño que ha tenido una gran demanda es la piscina de O Castro. El pasado verano no estuvo abierta al público debido a la situación sanitaria, y este año permanece también clausurada. Benito Portela explica que era necesario «evitar aglomeracións». Si la piscina volverá a abrir sus puertas en el 2022 es todavía una incógnita. Primero, por supuesto, por depender de la evolución de la situación sanitaria. Pero, además, también está el problema de la finalización del convenio entre el Concello y la sociedad propietaria de las instalaciones, Cerámicas do Castro.

El alcalde de Sada explica que «habería que volver a negocialo coa empresa ou ver se estarían dispostos abrilo pola súa conta, en vista do éxito que ten entre a xente».

El coste de este servicio supone un desembolso público inferior al de la pasarela. «O ano no que máis caro foi a posta en marcha da piscina do Castro custou uns 12.000 euros, porque houbo que pintar e arranxar os vestiarios», explica Portela, «o resto dos anos o único gasto importante que presentaban eran os salarios do persoal de socorrismo».