Fontán, uno de los últimos barrios marineros

Arantxa Ramos Ponte A CORUÑA

SADA

ARANTXA RAMOS PONTE

Los vecinos están orgullosos de haber mantenido cuidada la zona, pese a que las tradiciones «se han perdido»

30 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Sada esconde un tesoro en uno de sus barrios, Fontán. En él, se encuentran las casas más antiguas del municipio. Las viviendas datan del siglo XVIII y pertenecían a los marineros, que gracias a la altura de la zona, gozaban de una buena localización para vigilar el mar.

En la actualidad, las pequeñas casitas han sido reformadas, aunque aún mantienen su esencia original. Todas cuentan con dos plantas, y las fachadas han sido pintadas, en su gran mayoría, de colores alegres y brillantes. Sin embargo, cuando se construyeron no estaban tan ornamentadas, sino que eran pintadas de blanco, exceptuando los marcos de las ventanas y balcones. Se cree para estos elementos de madera se utilizaba la pintura que sobraba de los barcos.

Una de las edificaciones más llamativas es la casa «do Remo», denominada así por medir lo mismo que uno de estos artilugios. Mide un ancho de apenas dos metros, que se estrecha hacia su interior, siendo así, una de las más pequeñas de Galicia.

Además, con el paso de los años, la zona se fue impregnando —con pequeños detalles en la ornamentación, como son los moitos vegetales— del estilo modernista que aún transmite Sada en algunos edificios y rincones, como la Terraza o el barrio de la Tenencia.

ARANTXA RAMOS PONTE

Pese a que las estructuras se han mantenido en pie —algunas durante más de dos siglos— la vida en el barrio ha cambiado bastante, sobre todo por la pérdida de sus vecinos. Puri Moldes, cuya vivienda ha pertenecido siempre a su familia, lamenta que «antes me gustaba más vivir aquí, porque nos conocíamos todos de toda la vida y ahora, por desgracia, los vecinos van cayendo, van muriendo muchos». Ella nació en esa misma casa y emigró a los 16 años, se casó y se mudó de nuevo a las Canarias, donde viven ahora sus hijos. Volvía para veranear y también para cuidar de su madre.

«La casa era de mis abuelos, de mis bisabuelos... tiene más de ciento y pico de años», relata la mujer. Pasar los días de nuevo entre esas cuatro paredes la transporta a su infancia. «Siempre teníamos las puertas abiertas hasta las diez de la noche, durante el verano», explica, «celebrábamos juntos San Juan y hacíamos cachelos, empanada... es una pena que se pierdan esas tradiciones».

Puri también resalta la belleza de sus playas, sobre todo de Morazón. «Deberían de prestarle más atención a Fontán y no solo a Sada, porque en esta playa hay demasiadas silvas», indica «el problema es que el Concello dice que es responsabilidad de Costas, pero Costas dice que se tiene que hacer cargo el Concello...».

La vecina mantiene que Fontán debería de recibir alguna pequeña ayuda para las casas que no han podido sobrevivir al abandono, como es el caso de la vivienda contigua a la suya «esta casa era preciosa, pero sus propietarios viven en Estados Unidos... cualquier día se nos cae encima».

Inspiración literaria

Vanesa Santiago también es de esas personas que relaciona directamente al barrio con sus años de niñez, aunque ahora reside en la ciudad de A Coruña. «Lémbrome de correr polas rúas de Fontán, que pola miña época aínda eran de terra, e se algunha pez pasaba algún coche avisabámonos uns nenos aos outros».

«Eu nacín aquí, aínda que a miña familia é doutras partes de Galicia e, ademais, crieime nun bar do porto, polo que toda a miña vida está relacionada con Fontán e co mar», explica Vanesa. Considera que la zona ha cambiado bastante y se ha convertido en «unha cidade dormitorio», ya que «coa urbanización foi perdendo bastante identidade». Con todo, asegura que «dun tempo a esta parte estánse recuperando moitas das casas que había, algunhas con elementos arquitectónicos únicos, estase pintando, estase dando un lavado de cara, que para min é algo moi importante».

Como escritora, también ha construído el ambiente de sus historias allí. «En A vida sinxela de Marcelo Firmamento, o protagonista pasa moitas das súas horas en Fontán, aínda que é da zona da praia de Sada, ven pescar, logo tamén coñece a xente que pescaba a bolardo na praia de Morazón…», explica Vanesa «Hai moitos elementos relacionados con este barrio». Por este libro, recibió en 2017 el premio Illa Nova de Narrativa, de manos de Xosé Luis Méndez Ferrín.

La reforma de las escaleras, entre las obras más necesarias de la zona sadense

Los peldaños de las escaleras que Fontán ha tenido estos últimos años para conectarse con la zona del puerto, ya han sido retirados por las obras iniciadas desde el Concello de Sada.

Estas escaleras se encontraban en muy malas condiciones, por lo que muchos vecinos denunciaron, en reiteradas ocasiones, el peligro de las mismas. También el desnivel del terreno acabó por desplazar una farola.

El año pasado, el Concello contrató la obra de mejora de accesibilidad y reparación de las escaleras a Canarga, por un total de 36.322 euros. La ejecución incluye también la reparación de los peldaños y se aprovechará para eliminar los desniveles y para redirigir las aguas pluviales hacia los nuevos sumideros.

Este proyecto ya se había planteado tres años antes, en 2017, por Portos, que reclamaba la necesidad de hacer una intervención «de urgencia». Sin embargo, su propuesta incluía que las escaleras pasasen a ser de hormigón, por lo que no logró convencer al Concello, que se mantuvo partidario de que la escalinata continuase siendo de madera.

Finalmente, Portos de Galicia se desvinculó de la obra de reparación y Sadamaioría decidió asumir los gastos de la obra para poder cerciorarse de que los materiales usados no implicarían un impacto visual, que acabaría por no agradar a los sadenses, sino que se mantendría una estética integradora.

Una de las vecinas de Fontán, Puri Moldes, asegura que no es la única obra necesaria. Sino que «estamos muy descuidados en comparación al resto de Sada». Señala la necesidad de mejorar la calzada del área y también hacer una inversión en la recuperación de las casas que han sido abandonadas.